Marta Segat, referente de la escuela San Martín en Neuquén
NEUQUEN
Siempre en mi relato hago hincapié en el valor emocional que tiene aquella vieja escuela General San Martín, espacio que congregaba, junto con el anexo que funcionaba en Santiago del Estero esquina Juan B. Justo, a la juventud del Neuquén de los años ’60,’70 en adelante. Marta Segat fue una de aquellas alumnas; hija de inmigrantes europeos me relató la historia de los orígenes de la familia Segat, la que se inició con Juan Bautista, nacido en el Tirol, quien, con su esposa María Saliger y su hija Juana, llegaron en 1900 a la Argentina. En el Hotel de los Inmigrantes se encontraron con paisanos, como por ejemplo los Segón. Se asentaron en el Puerto de Ingeniero White, donde Juan Bautista se desempeñó como capataz del ferrocarril.
Allí nacieron María Rosa en 1908 (que se casó con Ahrtz), y Esteban en 1910 (que se casó con Albina Malisa). La familia viajó a Europa a pasear, se desarrollaba la Primera Guerra Mundial y se quedaron en Sarajevo porque no pudieron regresar. En 1913 nació Ana (se casó con Sánchez) y en 1920, Marta, que haría lo propio con Rodríguez. En 1928 regresaron todos a la Argentina. Una vez en Neuquén, fueron a vivir a calle Jujuy. Esteban Segat- papá de Marta- trabajó, primero, en la fábrica de cocinas Barth, sobre calle Alcorta.
Luego en la Standard Oil, en el campamento en Plaza Huincul: se trasladaba en tren y regresaba en bicicleta; asistió al crecimiento de esta localidad y de Cutral Có. Luego, en 1940, le compró a Recaredo Eiriz el terreno de Primeros Pobladores 856, donde construyó su casa. Ese mismo año empezó a concurrir a la comunidad bosnia de Cipolletti, y dos años después conoció a Albina, quien había nacido en Pazin, actualmente Croacia, pero entonces pertenecía a Italia, el 31 de octubre de 1920. A los tres años, Albina vino con su mamá, papá y hermana a la Argentina, donde nacieron sus otros tres hermanos.
Del puerto de Buenos Aires llegaron a Cipolletti porque había otros paisanos radicados, y se dedicaron a la agricultura. Esteban y Albina tuvieron 4 hijas: Sonia Beatriz formó su familia con Antonio Baggio, Norma Alicia se casó con Aldo Román, María Cristina casada con Alfredo Carabillo, y Marta; nietos y bisnietos completan la historia familiar. En la foto que acompaña el escrito vemos a los padres-Albina y Esteban-, la abuela y a las cuatro hermanas; Marta es la más pequeña.
Don Esteban Segat había estudiado en la escuela secundaria, en Sarajevo, y se había recibido de Técnico Metalúrgico. Ya en Argentina se desempeñó como hojalatero, zinguero, plomero, arreglaba los conductos del aire acondicionado para casa PAM, Rebo Refrigeración y refrigeración en Villa Regina. Realizó durante muchos años los caños de chapa de cocinas y chimeneas para Hierromat en General Roca. En Neuquén, fue instalador matriculado de gas y agua y conductos de calefacción. Se jubiló en la provincia en el Ministerio de Acción Social, en Desarrollo Social. Sus hijas recordaron con gran orgullo que habían entrado pocas máquinas plegadoras al país, y que una estaba acá, corría el año 1965. Llevó una intensa vida social: fue socio del Club Pacífico, socio fundador de El Biguá, como lo atestigua el primer Boletín del Club octubre 1955; socio del Automóvil Club Argentino. Relatamos brevemente las tareas del papá de Marta porque ella la contó muy orgullosa.
Marta cursaba con nosotras el Colegio Nacional San Martín idioma francés; en tercer año nos separamos -ella siguió bachillerato y nosotras maestras- y egresamos en 1968. Teníamos presente siempre a nuestra profesora de francés “Madame Redruello” por su exigencia ante la enseñanza del francés; nos hacía colocar frente a la ventana del aula -con vidrios- para repetir las palabras en el idioma y enseñarnos la manera de colocar la boca.
Decía a viva voz “Mademoiselle Segat” con una pronunciación que nos hacía divertir mucho. Festejamos nuestros años de egresados en varios aniversarios, donde Marta se mostraba muy animosa con la preparación de las distintas fiestas. Cursábamos con un gran amigo de nuestra homenajeada, Jorge Andión, que está en nuestros recuerdos. Asimismo, fuimos compañeras en el Ministerio de Asuntos Sociales, en la década del ’70.
Hoy te despedimos, Marta: sabemos lo que luchaste por tu vida; te despide tu familia, nosotros, tus compañeras/os del San Martín, y todo el Neuquén que te vio transitar sus calles y escribir su historia con tu propia historia familiar. ¡Descansa en paz, Marta!
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