Los Chan-Moltedo, un matrimonio de maestros normales en estas tierras

Oscar Chan nació el 1 de septiembre de 1916 en Montevideo, Uruguay. Se nacionalizó argentino en 1920. Sus padres, Manuel Hipólito y Ramona Santin, vinieron de España. Apenas tres meses después se radicaron en Argentina: el destino elegido fue el Paraje Santa Cándida, en Concepción del Uruguay Entre Ríos. Allí, Manuel fue el encargado de la estancia que llevaba el nombre del paraje. Oscar era el mayor de cinco hermanos, todos docentes.

Se recibió en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay de maestro, como le gustaba decir a él. Formó su familia con María Enriqueta Moltedo, quien en 1931 con sus padres se radicó en Zapala, venían de Concepción del Uruguay Entre Ríos. En 1934 terminaron su casa en Mariano Moreno; allí instalaron un negocio de Ramos Generales.

María Enriqueta, más conocida como Queta Chan, era maestra recibida en la Escuela Normal de Concepción del Uruguay. Habían sido compañeros de colegio. Los Chan padres, eran españoles y se casaron en su país de origen; los Moltedo eran Juan Bautista Moltedo, italiano de Génova, y su esposa María Luisa Príncipe, de origen yugoslavo; se casaron en Concepción del Uruguay y tuvieron cinco hijos. Las mujeres eran cuatro, todas maestras, y el varón gendarme.

Enriqueta vino a Mariano Moreno en 1937 y empezó a trabajar como maestra en la Escuela 36. Al poco tiempo, dos años después, arribó don Oscar. Venía como maestro de grado del Regimiento 10 de Infantería de Montaña del Ejército, y también a trabajar a la escuela 36. María Enriqueta y Oscar se casaron el 19 de noviembre de 1939 en la iglesia de Covunco Centro. De esa unión nacieron dos hijos, y luego nietos y bisnietos completan la historia.

La pareja de maestros trabajó en la concreción de la Escuela Normal Nacional Regional República de Nicaragua de Zapala, donde fueron docentes y profesores. De manera simultánea trabajaban de mañana en la escuela 36 de Covunco Centro y en la Escuela mencionada, pero también se desempeñaban como docentes de la escuela de adultos en Covunco. Oscar también se destacó como profesor de granja y de taller de la escuela normal.

En 1960 ascendió por concurso como Director Titular de la escuela nacional N° 1, luego escuela de frontera 1 de Zapala. Chan era piloto de avión y de planeadores. Fue, durante 25 años, presidente del Aero Club de Zapala del cual fue socio fundador. Debido a su gran vocación de servicio, desarrolló diversas actividades: era piloto civil, piloto de planeadores e instructor de vuelo. Realizó vuelos sanitarios al interior de la provincia.

“Mis padres en la década del ‘60 fueron trasladados a Zapala, y por concurso papá fue director de la escuela N° 1 y mamá de la N° 3; luego continuaron trabajando en la escuela normal”, nos relató su hija Graciela. “En marzo del 68 fue ascendido -previo concurso- como Supervisor de Escuela Nacionales y Director de Personal.”

En 1969 se radicaron en Neuquén Capital. Oscar se jubiló en 1989; el 30 de abril de 2001 falleció. Enriqueta partiría el 20 de junio del 2011. Por tantos aportes a la educación y al crecimiento de la provincia, en el año 2001 se impuso el nombre Oscar Chan a un aula de la escuela primaria N° 36 de Covunco. Un amigo lo despidió con estas palabras en su fallecimiento: “Oscar Chan: el piloto baja del avión y comienza a descargar paquetes y paquetes, llenando el espacio de cajas que contienen sus buenas obras. Lo reciben sus compañeros. Tantas vidas salvaste, con el avión ambulancia. Rescataste enfermos graves en los inviernos de Moquehue, Aluminé, Pulmarí y Quillén. Auxiliaste a camioneros bloqueados por la nieve, en el camino. Oscar Chan, pionero de estas tierras. Abnegado maestro de escuela que llegó con el Regimiento 10 de Infantería en 1937. ¡Maestro de maestros! Hacedor de amigos y fundador de clubes; de vocación y de exquisita excelencia. ¡Te recordaré siempre! ¡Vos me enseñaste a caminar y a volar, querido maestro y señor del aire!”.

Estas sentidas palabras que escribió José Manuel Menéndez lo describen tal cual fue. En la foto lo vemos en el Aero Club zapalino con el Dr. Ponce, Dr. Gerloti, Aéreo Arellano Bagli, el escribano Grimau y Chan. En su nombre, vaya aquí nuestro humilde homenaje a magnánimos maestros del ayer que cumplieron diversidad de roles en la sociedad que los recibió como hijos, y que supieron devolver, con creces, todo cuanto recibieron.


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