Lo urgente en tiempos de receso

Elba J. Gutiérrez
TRELEW

Transcurrimos el Mundial, con alegrías y frustraciones. Luego vendrán las Fiestas de fin de año. En el medio un feriado largo aún en diciembre. Luego recesos estivales. Justificativos para que muchos organismos y cuerpos legislativos se paralicen sin remedio.

Mientras tanto, el país mantiene urgencias: la inflación sin freno, la pobreza en aumento, los planes sociales siempre insuficientes (unos cuantos irregulares), el dólar inquieto, las jubilaciones y la canasta básica que nunca alcanzan el ritmo inflacionario, los salarios ídem, la educación empobrecida, la delincuencia creciente…

Mientras lo importante apremia, la cabeza de los dirigentes políticos vuela en base a sus propias agendas de relevancia: el internismo y peleas de egos, sus candidaturas, la descalificación del oponente.

Las decisiones de fondo siguen dormidas o demoradas: por ejemplo, las reformas laboral, previsional y tributaria (esta última en un país con insoportable presión impositiva). O, en un terreno más práctico, la nueva ley de alquileres que reclaman tanto locadores como locatarios.

¿Comprenden nuestros políticos por qué el hartazgo, la desconfianza y el pesimismo lideran las encuestas de opinión?


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