La política del dedo

Jesús Antonio Fernández Olmedo, chipnumero@yahoo.com
MADRID

La endogamia política se practica en muchos países y lugares de este planeta.

En otros tiempos se ponían a los hijos a dedo, se los colocaban en lugares de importancia, se ponía a la familia en cargos políticos y se les creaba una coraza de protección para que nadie pudiera tocarles, tal los intocables.

Hoy sucede algo parecido en donde un recomendado, la mujer de fulanito, el hijo de menganito, el cuñado del señorito y así sin fin, son colocados en carteras ministeriales hasta llegar a la más base política y precisamente por ello nos encontramos después con situaciones surrealistas que son generadas precisamente por estos vicios que tiene la clase política.

Hay leyes injustas, del mismo modo que hombres y mujeres injustos.

Se colocan a veces personas que no están preparadas o cualificadas para ostentar un cargo y acaban liando la cosa más y creando estropicios por doquier.

Esto se llama la “política del dedo”, enfermedad ampliamente extendida y que contamina muchas áreas sociales hoy quizás mas que nunca.

Todos los padres piensan que su hijo es muy bueno y que es el mejor del mundo, pero cuidado, porque estas personas con influencia pueden llegar a cometer errores del alta gravedad y se pone orden cuando el desastre ya está hecho.


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