Hambre en adultos mayores
Enrique Omar Driussi, DNI 12.638.127
Neuquén
Por estos días, donde la inflación de precios castiga en forma despiadada a los adultos mayores que cobran la jubilación mínima, se han visto testimonios dolorosos, como el de Beatriz, de 82 años, que se saltea los almuerzos porque no tiene plata y hace dos años vive sin gas.
Ella relataba que se despierta al mediodía para evitar usar el poco dinero de su jubilación en comida. “Tomo mate cocido con galletitas”. Beatriz compra una pechuga de pollo, la parte en dos y come dos noches con eso. “A los departamentos que sí tienen gas les pido que me hiervan arroz o un huevo duro”. La mujer, madre de una hija que constantemente le provee alimentos y ayuda económica, sostuvo que nunca antes había transitado una situación similar, trabajó toda su vida en una imprenta hasta hace un año y medio.
En otra nota, pudimos ver la triste respuesta de un señor en un supermercado cuando le preguntaron cuánta carne puede comprar con su jubilación. Fue sincero y contundente: “Me puedo permitir un churrasco apenas una vez por semana”. En su sonrisa, se evidenciaba la falta de varias piezas dentales.
Que otro sentimiento que no sea tristeza, impotencia y bronca, puede causar ver esas imágenes, mientras los diputados y senadores del Congreso de la Nación se fijan sueldos muy altos, y jubilaciones de privilegio como las dos que cobra CFK que ascienden a casi $ 10 Millones por mes. Son los mismos que se llenan la boca hablando de ‘Justicia Social’, que se preocupan por los más vulnerables (‘Primero la gente’).
Si fuera cierto, los miles de millones de pesos que gastan en publicidad, podrían destinarse a comprar comida para los adultos mayores necesitados.
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