Extremo cuidado
Hace unos años en circunstancias en que me desempeñaba como juez subrogante en la ciudad de Cutral Co se hace presente en mi despacho una señora que llorando desconsoladamente me dice que su esposo totalmente borracho había dado muerte a una niña, hija del matrimonio, que en ese momento se encontraba en la vivienda conyugal.
Rápidamente una comisión de agentes acude al lugar comprueban la muerte de la pequeña por asfixia y a su lado semidormido se hallaba su padre.
Acto seguido dispongo la detención del padre y en el caso de la pequeña fallecida iniciar las tareas de autopsia.
Al llegar a la sede policial, se dispuso a ubicar al esposo de la mujer denunciante en un calabozo, mientras que un grupo de presos reclamaban la vida del asesino, al que rodearon de colchones dentro de la celda y le prendieron fuego.
Ante esta situación, la mujer que se encontraba en una oficina de la sede policial grita y llora, afirmando que en realidad había mentido, que su marido no había sido el asesino, sino la persona con la que tenía relaciones en su casa, mientras su marido perdía el conocimiento con la borrachera.
Luego de los trámites policiales y judiciales, se comprobó que los últimos dichos de la mujer eran ciertos y al correrse la voz por el pueblo, un grupo de gente accedió a la puerta de la comisaría y procedieron junto con los encarcelados violentos a dar por terminada la vida del padre de la niña, calcinado por el fuego.
Así las cosas, con fecha 22/4/24 en tn.com.ar leo que el 15/09/23 un hombre acusado de haber dado muerte a su hija de 1 año es indagado por el fiscal Juan Manuel Baloria, a cargo de la Unidad Fiscal de Instrucción (UFI 7), del dpto. judicial de Lomas de Zamora que lo imputó por el delito de homicidio agravado por el vínculo mientras que el hombre se declaró inocente, negó los hechos y culpó a su pareja por el crimen de la menor.
Con ese punto de partida comienza la investigación y los mensajes de la madre la complica, pues en mensajes que fueran secuestrados dice: “maté a mi hija, me agarró el ataque, pero no quería hacerlo y ya no aguanto más con esto”, confesó la madre a una amiga y agrego “lo peor es que lo culpé al padre quién tarde o temprano va a salir a la luz, te juro que no quería hacerlo. Yo te la quería regalar a la nena porque no la quería, la golpee porque él me quería dejar. Te juro que esto no me lo voy a olvidar nunca, completó”.
Si bien ambos casos análogos son distantes en el tiempo, durante mi rol de juez no fueron los únicos supuestos en los que intervine, pero sirven de ejemplo para extremar los cuidados para resolverlos y que la sentencia que se dicte consagre la verdad de lo sucedido, es decir que se haga justicia.
Héctor Luis Manchini
DNI 7.779.947
Zapala
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