El tren fantasma rumbo a lo desconocido
Hugo Ricardo Rucci, DNI 7.578.577
General Roca
¿Todos somos iguales? Si, todos somos iguales en dignidad, derechos y respeto a cada uno como seres vivientes y sufrientes. Pero a la vez, ¿todos somos distintos? Somos únicos, irrepetibles, con historias, legados, experiencias y decisiones libres y únicas con nuestra identidad. En el juego social, eso implica lograr el reconocimiento y actuar en consecuencia respetando la dignidad e identidad del otro como queremos que se respete la propia. Actuar con justicia, que alguno definió como dar a cada uno lo que le corresponde.
Si el gobierno cumpliera estos preceptos con el pueblo, los consumidores con necesidades económicas no pasarían lo que pasan. En el campo privado, cuando una persona vulnera el derecho de otra, es sancionado. No ocurre lo mismo en el campo político, donde se toman decisiones y acciones de envergadura que afectan a toda la comunidad. Esto es propio de políticos, funcionarios, grandes corporaciones o intereses sociales y económicos.
Para reglar todo esto está la Constitución nacional, pero aquí entra en juego su interpretación que debe buscar siempre la justicia social. Pensar que un país no pueda tener gobierno o que sea reemplazado por una relación entre privados es una quimera que no existe en el mundo. Esto pretenden los monopolios, cuyo principal pedido es la liberación de todos los precios.
Vean lo que está pasando en la Argentina. La liberación de los precios de medicamentos y de la medicina es una acción criminal del gobierno de Milei contra el pueblo argentino. Eso de que el bien vale lo que el mercado está dispuesto a pagar, traducido a criollo básico, vale lo que el monopolio te va a pedir por él, como en todos los precios del mercado.
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