El respeto a la autoridad


Daniel E. Gutiérrez, Contador Público.
Neuquén

Cuando uno era adolescente ( tengo 65 años) no se me hubiera ocurrido faltarle el respeto a un docente, a un profesor universitario, a nuestros padres, a los adultos mayores, a un policía o a cualquier otro integrante de la sociedad.

La mayoría íbamos a colegios del estado que tenían bastante buen nivel educativo y formativo.

Sin embargo, fueron pasando los años y se perdió el respeto al prójimo y a la autoridad, año tras año y entonces empezamos a ver – al principio con asombro y luego como algo a lo que nos fuimos acostumbrando, a que un alumno le quemara el pelo a un docente, que cualquiera le grita o insulta o peor a la autoridad policial y comenzó la depreciación de la “meritocracia”, el respeto y el valor por la palabra empeñada y otras tantas situaciones que fueron típicas de una época pasada y que – lamentablemente – hoy ya no existe y no es valorada por el común de la gente.

Dentro del “respeto a la autoridad” y a nivel del Gobierno, nos encontramos con una clase política devaluada, donde sobran ejemplos de corrupción, desidia, falta de interés, de que no existan “premios ni castigos” y en definitiva nos fuimos quedando cada vez más con “lo peor de lo peor” y con muchísima menos calidad institucional. También cayó dramáticamente la Justicia, la salud en general, las posibilidades de trabajo y ello contribuyó a que se deteriore -cada vez más- el respecto a la autoridad a todo nivel.

Al final, .el tango Cambalache no estaba demasiado errado cuando decía “lo mismo un burro que un gran profesor” y “los inmorales nos han igualado”

¿No les parece?


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