El periodismo, expresión de la cultura neuquina
NEUQUEN
De acuerdo con lo escrito en sus libros “Neuquén, su historia, geografía y toponimia”, el Dr. Gregorio Álvarez -mi profesor de la Universidad, en la cátedra Historia del Neuquén-destaca que una de las expresiones de la cultura en Chos Malal, capital del territorio nacional del Neuquén, fue el periodismo.
En esa ciudad fue donde se produjo la aparición del primero de los periódicos que vio el Neuquén, “La Estrella de Chos Malal”. Luego se editó el segundo periódico, “Neuquén”, fundado por José Cámpora. Este periódico se vio obligado a dejar de aparecer hasta después de fundada la actual capital, en la que renació bajo la dirección de Abel Chaneton. Seguidamente apareció “La Cordillera”, fundado por Edelman, pasquín que alcanzó gran difusión y notoriedad porque hizo conocer los diversos aspectos del entonces territorio.
Tiempo después, en 1965, aparecería el diario “Sur Argentino”, entre tantos otros.
En el Álbum Conmemorativo de los 9 lustros de la capitalidad editado por Otto Max Neumann, cuya emblemática imprenta se encontraba en Diagonal 25 de mayo 118, se establece que el 7 de noviembre de 1908 hacía su aparición inicial el primer órgano de prensa de la joven capital del Neuquén, “Neuquén” bajo la dirección, como dijimos, de Abel Chaneton, y con la imprenta y administración de José Edelman, quien había establecido la primera tipografía de la zona inaugurada en 1906.
En la foto observamos una plantilla del periódico mencionado, en poder de los descendientes de Abel Chaneton. El periódico funcionaba en su domicilio ubicado en calle Río Colorado 76 (actual calle C. H. Rodríguez).
En 1913 el Periódico Neuquén pasó a editarse diariamente y el lunes 21 de febrero de 1916 apareció el primer número con nuevo formato ampliado de 56,5 cm por 41 cm. El sábado 10 de junio de ese año el diario pasó a editarse como matutino. Este periódico tuvo buena acogida: la edición inicial se componía de trescientos ejemplares, y para festejar el acontecimiento se hicieron disparos de bombas de estruendo. Los fundadores convidaron con un asado a la criolla.
Compartimos el testimonio de don Ángel Edelman sobre su padre José, acerca de la impresión de los primeros ejemplares: “Para imprimirlos en un formato mayor del que permitía la minerva (pequeña máquina tipográfica), mi padre había comprado y empleaba por entonces una prensa primitiva, tipo Gutenberg, de entintado a rodillo de mano y palanca de presión a brazo.
El esqueleto de esa máquina, que puedo llamar histórica para Neuquén, se conserva en casa, como un mudo recuerdo evocador” […] “Conservo, asimismo en parte, aunque deteriorados, los libros de contabilidad de la primera empresa periodística iniciada en esta capital que mi padre llevaba personalmente con su pericia profesional, por el sistema de partida doble”.
Don Ángel Edelman continuó su relato hablando sobre la personalidad de don Abel Chaneton: “En el periódico destaqué con hechos el temple de hombría, el talento y el ardor de justicia, insobornable, quijotesco, del gran periodista y hombre público neuquino, que lo llevó a inmolarse en una campaña periodística que conmovió al país, al punto que el presidente Irigoyen envió al propio Ministro del Interior a investigar los sucesos.
Recuerdo al lector que don Abel Chaneton fue el que denunció los fusilamientos ocurridos en la evasión de los presos de la U9 en Zainuco, en 1916. Fue asesinado en el “Bar Alegría” de la capital neuquina”.
Edelman continúa con su relato: […] “En esa primera empresa periodística tuvieron renombrada actuación mi padre, José Edelman; como Mario F. Donato, brillante periodista bohemio; a cuyos nombres habría que agregar Juan B. Aranguren, Cesáreo Fernández Pereiro, entre otros, adalides de la pluma y el pensamiento batallador que les sucedieron en idénticos afanes de lucha y sacrificios”.
En la oportunidad de editar la Gazeta 1810, dijo Mariano Moreno: “El pueblo tiene el derecho a saber la conducta de sus representantes. El pueblo no debe contentarse con que sus jefes obren bien: él debe aspirar a que nunca puedan obrar mal; a que sus pasiones tengan un dique más firme que el de su propia virtud”.
Con estas palabras queremos homenajear a todos los periodistas en su día, quienes fueron abriendo camino a partir de la Gazeta de Buenos Aires; sus opiniones intentaron ser calladas, silenciadas; pero no se debe ni se puede acallar la verdad.
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