Chimangos y políticos
Enrique Omar Driussi, DNI 12.638.127
NEUQUÉN
Los vecinos que habitamos los barrios Belgrano, Villa María y Río Grande de la ciudad de Neuquén, nos vemos invadidos por una gran cantidad de chimangos y, en algunos casos, de aguiluchos. Ello se debe a que los proyectos inmobiliarios dentro de la Isla 132 han expulsado a esas aves de rapiña de su hábitat natural.
Antes de eso, sólo gorriones y calandrias se posaban en los árboles de nuestras veredas o merodeaban nuestros jardines.
Pero los políticos y su ambición desmedida, no entienden los fundamentos de la planificación urbana y la preservación del medio ambiente.
Lamentablemente, los distintos gobiernos provinciales y municipales han sacado rédito inmobiliario, permitiendo construir edificios privados cuyos desechos cloacales recaen en la Isla 132, entre ellos un complejo de departamentos, edificios de oficinas y ahora, un centro de convenciones de la ciudad.
Por supuesto, todos ellos se podrían haber construido en zonas cercanas al río, pero fuera de la Isla, la cuál debería haber sido declarada como reserva ecológica o área natural protegida, con árboles y plantas autóctonas, donde las aves permanezcan en su ecosistema.
Por si fuera poco, también es el lugar donde se ha montado el circo invasivo de la ‘Fiesta de la Confluencia’, con una cantidad de gente traída en colectivos, y muchas más que congestionan nuestros barrios al estacionar sus autos frente a nuestras casas (y portones). Por supuesto, estas fiestitas demagógicas que ‘regalan’ alegría a cambio de un voto, se pagan con fondos públicos, y provocan un ruido ensordecedor a cielo abierto, que afecta no sólo a las aves, sino a las personas que vivimos en esa zona, desde hace más de 50 años.
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