Capilla Nuestra Señora de los Dolores, testigo del Neuquén del Siglo XX

Neuquén

Fue declarada Patrimonio Histórico de la ciudad neuquina en 1995 mediante ordenanza Municipal N° 7098/95. De acuerdo con libros históricos de la región fue la primera capilla neuquina construida con fondos colectados por la comisión pro hospital y templo constituida por la Comisión de Beneficencia de Neuquén. La obra la dirigió el ingeniero Fernando Cerdeña. Fue inaugurada el 12 de septiembre de 1907, acto que apadrinaron Casimiro Gómez y su esposa Dolores Palmés de Gómez los que, a la vez, fueron los donantes de la capilla. Esto consta en el álbum de los nueve lustros de inauguración de la capitalidad. Asistieron al acto autoridades de la época: como recuerdo de ese acto se distribuyeron medallas recordatorias, especialmente acuñadas para la oportunidad y hubo banda de música, según relata don Ángel Edelman en la Primera Historia del Neuquén.

Entre los concurrentes estaban Guillermo J. Miró, José Briguera, Carmen N. de Mango, Dolores Palmés de Gómez, Angélica G. de Bazo Montero, la hija de Casimiro Gómez, Isabel N. de Radonich, la señora de Castilla, de Nodin, Eleuteria G. de Claro, el doctor Manuel Bonet, Eduardo Elordi, Emilio Rodríguez Iturbide, Carlos Bouquet Roldán, N. Rodríguez Spuch, Samuel Bazo Montero y Washington Jáuregui. Los dos primeros capellanes, luego llamados párrocos, titulares de parroquia, fueron los sacerdotes salesianos Fabricio Soldano y José María Brentana. Luego fueron párroco el padre Antonio Fernández y el padre Juan Gregui, entre otros.

Ubicada sobre la línea municipal, se accede a ella por medio de tres escalones. De acuerdo con los datos técnicos suministrados por el Archivo Histórico Municipal, su planta es rectangular con entrepiso. Ambas plantas están comunicadas con una escalera de caracol de hierro ubicada a la izquierda del acceso. Su cielorraso es de chapa de zinc, carpintería de hierro con banderolas de medio punto en su fachada. La fachada es ecléctica con elementos renacentistas, su piso es de baldosas calcáreas con diseño.

En el centenario de la capilla, en 2007, se realizaron festejos, pero como la imagen de la Virgen de los Dolores no estaba en la catedral, se abrigaba el sueño de que fuera restablecida a sus antiguos dueños. No fue así: solo fue prestada por la comunidad de la capilla María Madre del Dolor del Barrio Limay. Ellos fueron quienes, años atrás, la rescataron del olvido ya que la imagen estaba oculta en un sótano de la Catedral María Auxiliadora. Por unas horas la Virgen volvía al lugar que le pertenece como símbolo de la llegada de los pioneros que convirtieron en tierra fértil esta desértica zona.

Es importante recordar que la Ordenanza 7972/97 protege el patrimonio histórico neuquino debido a que, en una ciudad de cerca de ciento veinte años, se han demolido edificios, casas de amplio valor histórico, cultural, artístico, arquitectónico. Establece: “la ciudad de Neuquén posee un escaso patrimonio de valor arquitectónico, simbólico, paisajístico y urbanístico representativos de su historia, y que los pocos que existen constituyen verdaderos hitos visuales, y por ello deben arbitrarse los medios para su preservación”.

Conversamos con el Padre Obispo Fernando Croxatto: “A la luz de los problemas que a diario se suscitaban en la cercanía de la entrada a la catedral, se decidió hacer una reunión en el marco de la sinolidad, como Pueblo de Dios en camino, en peregrinación hacia el Reino, una Iglesia abierta, velando por la dignidad común de todos los cristianos. Por este motivo, se resolvió prestar servicios mediante un desayunador, plantear un espacio de atención a la gente de la calle para hacer una contención más humana con voluntarios que acompañan, para ayudar a discernir y orientar, a proyectar el futuro de las personas que allí concurran: la llamamos Casa de la Misericordia”.

Por todos estos motivos que acabamos de exponer es que les solicito a las autoridades provinciales y municipales de mi provincia y ciudad, el aporte económico para poder refaccionar las paredes exteriores que muestran un marcado deterioro. Los neuquinos que tomamos allí nuestra primera comunión; nuestros padres que, en sus paredes se casaron, queremos que se preserven sus paredes y su historia.

Celebremos las Pascuas con el Señor y con nuestros hermanos más necesitados.


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