Albarito Quintana, vecinalista y exconvencional neuquino

Un afiliado al MPN de 40 años de militancia: nuestro gobierno municipal no contaba -hacia fines del siglo XX- con su Carta Orgánica, es decir la máxima ley que rigiera para el gobierno municipal de la ciudad. En 1994 se eligieron los convencionales para su redacción, en la que hubo representantes de cuatro partidos: el Movimiento Popular Neuquino, la Unión Cívica Radical, el Frente Grande y el Partido Justicialista. El presidente de la Honorable Convención Constituyente, Rodolfo Esteban Laffitte, era el representante del partido mayoritario, el MPN, que llevó nueve bancas a la Asamblea Municipal Constituyente. Albarito, nuestro homenajeado, nació en Chos Malal el 15 de mayo de 1948 “en la estancia de Rahuecó, lugar donde viví hasta los once años”. Lo asentaron en Chos Malal. Es hijo de María de la Cruz Quintana y de Juan Bautista Contreras. Un tiempo después, partió con su mamá a Tres Chorros, donde empezó a trabajar cortando carrizo y coirón para la escuela del lugar.

A los quince años estaba de vuelta en Chos Malal y concurría a la escuela: su maestra recordada era Juanita Álvarez, sobrina de don Gregorio Álvarez, que lo ayudó a estudiar. Tuvo varios trabajos, entre ellos en la Panificadora del Chocón. Cuenta que fue a misa y allí conoció a don Jaime de Nevares, con el que realizó cursillos de cristiandad. Ya residiendo en Neuquén concurrió a la Escuela Nocturna de Perito Moreno y Chubut. Se recibió de Perito Mercantil en 1975. Luego rindió el examen de ingreso a la universidad y comenzó a trabajar en el Banco de la Provincia de Neuquén previo examen de ingreso. Fue asignado al área de Recursos Humanos y dejado cesante en los conflictos de los 90.

En 1983 se afilió al Movimiento Popular Neuquino: fue presidente del Centro Distrito Limay. Gestor de la Ley 1675, ley de escrituración de Lote y Vivienda única, y fiscalizador de ella. Fue en dos oportunidades consejero de CALF. Ejerció tareas como directivo de la Mutual del Banco de la Provincia. Gestor y administrador del Plan 50 viviendas de la Mutual del BPN, entre tantas tareas realizadas. Cuando don Ubaldo Giuliani integró el directorio de la entidad bancaria regresó al banco. Se desempeñó, además, en la Aseguradora Holandesa, y realizó tareas de albañil de forma particular. Cuando vivía en el barrio Limay trabajó en la vecinal en tareas sociales: conseguían chapas, la cancha de fútbol, entre tantos emprendimientos.

Luego compró un lote en el barrio Jardines del Rey para conformar la “Federación de Comisiones Vecinales”, donde trataron de encontrar las soluciones a la escrituración de los lotes y viviendas únicas. Luego se sancionó la mencionada Ley 1675/1996.

Actualmente se usa esa ley para escriturar las casas: lograron que no se construyeran departamentos en el Parque Central. El Centro Provincial de Educación Media n° 34 funcionó al principio en la escuela 260 del Barrio Limay, luego consiguieron la tierra en el Barrio Jardines del Rey. Lograron llevar adelante la construcción del puente en el Arroyo Durán metiéndose en las tierras del ejército. En 1987 formó su familia con Georgina Castilla: tuvieron a Fernando y Marcela, y los nietos completan la historia familiar.

Participó en la campaña política de la intendente Derlis Kloosterman, donde uno de los ejes temáticos fue el dictado de la Carta Orgánica Municipal. Asistió al Congreso Vecinal en la escuela CPEM 23, donde se planteó la distribución proporcional en los cargos del Concejo Deliberante bajo el Sistema D’Hont.

Fue presidente de la vecinal del Barrio Río Grande en tres oportunidades. Ejerció el cargo de Convencional Municipal, en la Comisión Redactora. Tenemos la oportunidad de leer una carpeta en la que está el resumen de su vasta obra como vecinalista, y donde podemos leer “El vecinalismo es servicio, no lo destruyamos”: su lectura nos manifiesta su lucha por la defensa de las Sociedades Vecinales. Además, leemos toda la inmensa tarea realizada desde la Comisión Vecinal del Barrio Río Grande. Con orgullo escribió “Con excepción de los cargos en CALF y la Convención Municipal, todo lo demás, han sido servicios gratuitos”.

Hoy lo homenajeamos porque formó parte de la sanción de la Carta Orgánica Municipal -en la que se produjo la convivencia de distintos partidos políticos-y también por su trabajo en la política y en la vecinal en las que no escatimó ni escatima esfuerzos.

Beatriz Carolina Chávez.


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