Carta desde Madrid a una rionegrina y un dramático pedido: ¡quedáte en casa!
Desde hace 15 días, Cristian y su familia están en cuarentena entendiendo que por ahora, es la mejor medicina para derrotar el coronavirus. Está agotado, entre el teletrabajo y el encierro, pero es consciente de que su relato puede ayudarte a tomar conciencia.
«A mi amiga en la distancia, compañera de largas batallas pero de las que siempre, a pesar de perder muchas horas de sueño, salimos airosos.»
«Me llamo Cristian, tengo 43 años, vivo en la ciudad de Madrid, España. Soy padre de familia, mi mujer Ana y yo tenemos 3 hijas (de 10, 8 y 6 años), y llevamos encerrados en casa desde el pasado miércoles 11/03/2020.
Mi amiga me ha pedido que escriba unas líneas que ayuden a entender la situación real y sirvan para que se tome conciencia de lo que se debe hacer.
Yo no he escrito antes nada similar, pero la causa y ocasión lo merecen. No obstante, que como yo, hoy cualquiera de mis conciudadanos podrían escribir algo similar.
No es el momento de buscar la causa, de pensar en la teoría de la conspiración, de esperar que los responsables e incompetentes levanten la mano y canten el “mea culpa”, ahora no… Ahora sólo, y lo puedo decir más alto, en otro idioma, ponerlo con otra tipografía, color y cuerpo, pero sólo, sooooooooooooolo hay que hacer una cosa: quedarse en casa.
Es un rollo, es cansador, hace mermar en cuerpo y alma, pero de verdad, es la única medicina que funciona. La única que puede prevenir la infección.
Mirad, las noticias, buscad en Internet, siempre medios oficiales y fuentes de información fidedignas. España está mal, tocada pero no hundida, pero está mal, como nunca nos podíamos imaginar que estarían (los de mi generación y los de muchas). Lo mismo Italia, y otros tantos.
Quien no lo ha vivido en carne y hueso al menos tiene un familiar, un conocido, vecino, amigo que sí. Este virus es real, mata, y lo hace con mucha mala leche. Se lleva por delante a personas jóvenes y viejas, sobre todo a viejas (eso cantan las estadísticas), y los pobres médicos y mundo sanitario no dan más de sí, o mejor dicho, están al 1000% de su capacidades, y ellos también están cayendo, y si ellos caen… ¿quién salvará (o lo intentará) a quién lo necesite?
El fin de semana pasado falleció el padre de un amigo en su casa, y mi amigo no pudo ir a despedirse de su cuerpo inerte, no pudo ver por última vez a su padre. Da igual que sea por el virus o por otro motivo (ya nadie se la juega), no te puedes despedir de tus seres queridos en el caso de que les toque dejar este mundo.
Esta mañana ha fallecido el padre de otro amigo, se durmió con fiebre anoche y esta mañana ya no se despertó. Los padres de otra amiga, los dos, están ingresados por el dichos virus. Otros dos amigos, jóvenes, también ingresados por el bicho. La madre de otras amigas, en una UCI en Marsella y pinta muy mal la cosa.
El padre de un compañero de trabajo esta mañana ha sido operado por un infarto, pero mi compañero NO ha podido salir de Madrid, no ha podido acompañar a su madre, y todo por qué??? Porque el sentido común nos dice: ¡quédate en casa!. No sabes si te puedes llevar el virus por ahí, y sin querer distribuirlo en un pueblo de personas mayores. Es lo que ha pasado en las residencias de ancianos, donde los pobres están cayendo como moscas, y los que les que cuidan.
Ponemos las noticias, y lo único que ves que nos piden los sanitarios es: ¡quédate en casa! Es duro, tiene sus consecuencias, pero se puede hacer, se puede!!! Te organizás, se hace la compra de lo justo y necesario para no tener que salir en unos días, cuanto más mejor, y así hasta que esto pase.
No se trata de causar alarma social, si no de ser listo, de aplicar el sentido común. Si se está viendo lo que está pasando en países como el mío, y que como todos los países empezamos con un infectado, qué no pasará en el tuyo???
Si os podéis adelantar a tomar medidas de prevención, adelante, no lo dejéis, no esperéis a que la situación se desborde, a que ya no se pueda ir al hospital, a que haya que montar hospitales de campaña, a que la policía te tenga que multar por salir a la calle sin un motivo de necesidad.
No sé dónde acabarán estas líneas, pero quiero agradecer de todo corazón el esfuerzo y servicio que están haciendo nuestros médicos, enfermeros, técnicos, analistas, limpiadoras (sí, porque la mayoría son ellas), conductores de ambulancias, servicios sociales, fuerzas de seguridad del estado, a nuestro ejército, a los transportistas, a los servicios de limpieza y recogida de basura, farmacéuticos, y un largo etc. que están haciendo que el país no se pare, que podamos vivir como lo estamos haciendo… en casa!«
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