Carreras y la primera encrucijada
Revisa el presente plano gubernamental y los vínculos gremiales. Pero, antes de viajar a EE.UU., se sorprendió con un fuerte mensaje de advertencia de ATE a su futuro gabinete.
La próxima gobernadora Carreras viajó a EE.UU. y dejo atrás su primera gran encrucijada. Ella repasa y revisa al presente gobierno, y también vínculos instaurados por el hoy mandatario. Nada raro en un recambio liderado por alguien que llega “para decidir”. Así lo repite y lo propone. Un destinatario de esa autoimposición es Weretilneck, hoy dueño y señor del plano estatal.
El bagaje por transferir alcanza a su única referencia gremial. Mantuvo el unicato de Upcn y, luego, lo transfirió a ATE. Aquel gremio, mientras pudo, pertrechó parte del Estado -como crear al IPAP en el 2007- y ATE hoy dispone de igual dominio, generando políticas, como la negociación del convenio Colectivo de Trabajo en la administración pública.
Esa mutación empezó en febrero del 2018 con una reunión de Weretilneck y Rodolfo Aguiar. Hace año y medio. Parece mucho más por los cambios impuestos por ATE, que transformó sus ejercicios violentos y su indisciplina callejera en decisiones gubernamentales. Para el gobernador, esa “paz social” explica gran parte de su triunfo electoral. También, en esta marcha afirmó su inquina particular con el patrón upceista Juan Scalesi y trabó un trato personal con Aguiar.
Sabe que el recado fue un directo desafío a su autoridad de parte de Rodolfo Aguiar, que volvió a su método feroz. Ahora en defensa de la primacía gremial lograda con Weretilneck.
¿Qué pasará en el futuro gobierno, con otros actores, con este compendio de intereses y voluntades, que demarcó -durante años- este Estado?
La jefa electa valora el escenario, pero se ubica distinta. Parece no tan permisiva y ni tan desaprensiva frente a imposiciones ajenas. Plantea, por ahora, una apertura para recuperar el diálogo con Upcn. Nunca lo ocultó. Por eso, la sorprendió que Aguiar generará un hecho que, en uno u otro sentido, no será neutro.
La apertura sindical no era secreta. Se supo de mensajes entre ella y Scalesi, incluso con abordajes y promesas. Aguiar -aferrándose a esa información que se publicó en esta columna- escribió una furibunda “reflexión” a ministros y secretarios, especialmente al próximo gabinete. Hizo captura del texto aludido y, en ocho puntos, se descargó con advertencias, anticipó un “cambio de estrategia” a la “paz social” existente por su entendimiento con Weretilneck.
Fue una misiva agresiva. Repudia a los “gobernantes que no asumieron y ya se la creen” y que “desconocen al Estado” si “quieren asegurar paz social” estando “bien con Dios y el Diablo”. Se detiene en el “esfuerzo” del gremio en este proceso y promete acciones para “debilitar” a la gestión por venir, desde su inicio.
Una directa provocación a Carreras. El mensaje fue a una quincena de sus futuros funcionarios. Nadie ignoró la gravedad del desafío. Ella se enteró a los minutos cuando se lo informó Lucas Pica. Siguieron después otros reportes. Weretilneck también lo supo enseguida.
El gremialista retomó su método feroz -en este caso, epistolar- contra el poder. Fue un aviso para sostener su primacía. Weretilneck será un aliado en ese propósito y le garantizaría una reunión con Carreras. Esto ya lo anticipó Aguiar en diálogos radiales, retocando su virulencia original cuando alertó públicamente que el “contrato de ATE con el gobierno vence el 10 de diciembre”. Un recado más al mando que se aproxima.
Sorprendida, Carreras adoptó la discreción, pero sabe que Aguiar flageló y puso a prueba su autoridad, comenzando con su gabinete. No puede ser indiferente. Viajó con esa preocupación y al regreso se impondrá resolver ese dilema: cómo relacionarse, cómo plantarse, a esa tutela sindical, que ya azotó su influencia.
Su gestión también se subordinará a otros componentes. Por ejemplo, las finanzas. Economía intima a las áreas atrasadas a la remisión de presupuestos, requeridos con una base técnica: un 30% mayor de la última ejecución semestral. Prevé su elevación para mediados de noviembre.
El ministro Domingo, siempre buscando simetrías formales. Esos equilibrios extraviados en otros espacios.
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