Cambiar la vida
Opinión
Por: Laura Loncopan Berti
Editora de género de Diario Río Negro
Lohana Berkins, una de las activistas travestis más importantes del país, que murió en 2016 decía: “Cuando una travesti entra a la Universidad, le cambia la vida; pero muchas travestis dentro de la universidad, le cambian la vida a toda la sociedad”. Esa transformación que Lohana auguraba es la que genera el trabajo de Fran Bubani, la primera investigadora trans que hoy se desempeña en la División Física del Centro Atómico Bariloche.
¿Por qué la visibilización de su historia es tan importante? Primero, por las dificultades para el acceso a la educación. No es casual que Fran sea una de las pocas ingenieras. Según el primer relevamiento a la población travesti y trans que se realizó durante 2017 en cinco localidades de Río Negro y Neuquén, merced a una articulación entre la Universidad Nacional del Comahue y las organizaciones LGBTIQ+, el 56% de quienes hicieron pública su identidad de género después de los 20 años alcanzó el nivel terciario y universitario incompleto, mientras que ese porcentaje es del 15% para quienes lo contaron antes de esa edad.
“Dar a conocer su identidad de género durante el transcurso de la educación obligatoria y vivir de acuerdo a ella les expone a situaciones que constituyen barreras para su derecho a la educación”, plantea el informe como conclusión. Estas situaciones están relacionadas con la discriminación, que fue señalada por el 46% como el principal motivo de abandono, además de que muchas personas trans sufren la expulsión de sus hogares y carecen de ingresos económicos para continuar estudiando.
El segundo aspecto es que Fran desarrolla su actividad en un ambiente como ella misma describe, hostil e históricamente masculinizado. De acuerdo a las estadísticas disponibles en la web del ministerio de Ciencia de la Nación, solo una de cada diez mujeres que investigan lo hace en ingenierías y tecnologías. Esos datos, además, no nos permiten saber si hay otras personas trans, travestis, no binaries haciendo carrera pues solo se limitan a registrar en dos categorías: varón/mujer.
Lo último y no menos importante: Fran pudo hacer el cambio en el nombre e imagen en su documento –sin autorización judicial- porque desde 2012 hay una ley en Argentina que reconoce el derecho a la identidad de género y al trato digno.
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