Calificación financiera para Argentina: otra vez el relato choca con la cruda realidad
El mundo le puso una muy mala nota al país. El mensaje claramente fue a la mala gestión económica y financiera de la administración Fernández.
El falso relato simplifica, estimula la pasión superficial y contribuye a convertir a la política de nuestro país en un espectáculo, especialmente durante las campañas electorales. Su objetivo es crear un microclima que apuntale un pensamiento único, evadiendo así los problemas reales y la posibilidad de comprensión.
Ayer la realidad volvió a golpear el erosionado relato que intenta mantener la administración Fernández frente a sus seguidores. Los buenos manejos con la deuda y el plan económico que el Gobierno dice estar aplicando en el país -reclamado por las principales potencias del mundo- chocaron de frente con el paredón de la realidad.
La Argentina pasó desde ayer a estar el ranking más bajo de calificación financiera global, al ser degradada en los mercados emergentes a la categoría “standalone”, de acuerdo con el índice de Morgan Stanley Capital International (MSCI), ubicándola a la par de naciones como Bosnia, Bulgaria, Malta, Ucrania, Líbano y Palestina. Así lo anunció el MSCI que, en su momento, colocó al país en la categoría de Mercado Emergente en 2018.
El mundo nos puso su nota y cada vez estamos más lejos de él. Esto significa en la jerga financiera que el acceso al crédito estará totalmente vedado y que las potenciales inversiones que iban a llegar serán cajoneadas hasta nuevo aviso. En este contexto, los sueños de Vaca Muerta quedarán nuevamente postergados.
Y no es para menos. Dejando de lado la muy mala gestión que tuvo el Gobierno con la pandemia; todos los indicadores sociales y económicos en la Argentina se desplomaron en estos poco menos de dos años de la actual administración. Los logros del ministro Guzmán son contados con los dedos de una mano. Hasta la estadística oficial termina por quebrar el relato oficial: inflación anual del 50%, pobreza arriba del 45%, riesgo país en 1.400 puntos, nulo acceso al crédito, miles de empresas quebradas y falta de expectativas en la mayor parte de la población.
En realidad, esta nueva calificación financiera del mundo para con la Argentina expresa la crítica situación económica que atraviesa el país y las pocas perspectivas de que esto cambie por lo menos en lo que al corto plazo se refiere. La sociedad necesita esperanzarse para creer que hay futuro y nuevas oportunidades. La política debe ser el motor para lograr estos objetivos. No hay datos de la realidad que nos aseguren nuevas metas confortables; todo lo contrario. De ahí buena parte del desprestigio que hoy tiene la política argentina, que ha abandonado desde hace tiempo el real mensaje épico, transformador y movilizador para nuestra población.
El falso relato simplifica, estimula la pasión superficial y contribuye a convertir a la política de nuestro país en un espectáculo, especialmente durante las campañas electorales. Su objetivo es crear un microclima que apuntale un pensamiento único, evadiendo así los problemas reales y la posibilidad de comprensión.
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