Bush defendió su actuación antes de los atentados
La Casa Blanca debió admitir que tenía informes sobre posibles ataques terroristas antes del 11 de setiembre. Las críticas dicen que la descoordinación CIA-FBI impidió reunir todos los datos.
WASHINGTON.- La Casa Blanca dijo ayer que el gobierno del presidente George W. Bush tomó «las medidas apropiadas» respecto a los informes de inteligencia en meses previos a los atentados del 11 de setiembre, incluyendo uno sobre el posible secuestro de aviones civiles estadounidenses.
El mandatario estadounidense tenía informes generales, antes de la fecha de los ataques, de que un grupo de terroristas, incluidos aquellos dirigidos por Osama ben Laden, podía secuestrar aviones estadounidenses de pasajeros, admitió la Casa Blanca
La revelación marca la primera vez que funcionarios de la Casa Blanca admiten que sabían que organizaciones terroristas, incluyendo Al Qaeda, tenían en la mira a las líneas aéreas estadounidenses, antes de los atentados contra Nueva York y Washington que provocaron unos 3.000 muertos.
«Durante el verano, a partir de mayo, el gobierno recibió información de inteligencia sobre amenazas a los intereses de Estados Unidos, dentro y fuera del territorio nacional. Buena parte de la información se centraba en amenazas en el exterior», dijo el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer. «Como resultado, se tomaron varias acciones para reforzar la seguridad», dijo, agregando que se ordenó intensificar la seguridad en embajadas y bases militares y se compartió la información con las agencias domésticas correspondientes.
«Había un conocimiento general sobre Osama Ben Laden, así como especulaciones desde hacía tiempo sobre los secuestros en el sentido tradicional», dijo Claire Buchan, otra portavoz de la Casa Blanca.
Dijo que antes del 11 de septiembre el Presidente y sus asesores habían recibido información de las agencias de inteligencia sobre posibles ataques contra aviones estadounidenses, y actividades del extremista islámico Ben Laden.
Pero ninguno de los informes, sostuvo, tenía advertencias específicas sobre una conspiración contra el World Trade Center en Nueva York y el edificio del Pentágono en Washington.
«La información era sobre las amenazas de Ben Laden alrededor del mundo y los secuestros en el sentido tradicional, pero no implicando ataques suicidas», enfatizó Buchan. «No había advertencia específica en cuanto a momento, lugar o método de los ataques», dijo.
Un portavoz de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) se negó a decir si la información sobre posibles atentados terroristas formó parte de los informes diarios recibidos Bush.
«No tengo libertad para hablar sobre este asunto», dijo el portavoz que pidió el anonimato.
La revelación surge en momentos en que crece la frustración en el Congreso de Estados Unidos con las agencias de inteligencia y de ley y orden, a las que algunos legisladores se inclinan a culpar por haber fallado en distinguir las señales de peligro o en tomar acciones contra ellas. (ver aparte)
«Fallamos en armar el puzzle antes del terrible acontecimiento», dijo un exasperado Bob Graham, presidente del Comité de Inteligencia del Senado.
Su comité, así como su par de la Cámara de Representantes, sostendrán pronto audiencias formales para intentar determinar si la comunidad de inteligencia estadounidense es culpable por haber fracasado en prevenir la tragedia.
Entretanto, Graham dijo creer que si todos los fragmentos de información de inteligencia hubieran sido analizados en forma más centralizada, «pudo haberse dado una cadena de acontecimientos que habrían desbaratado (los atentados) el 11 de setiembre». (Reuters/AFP)
Claves: Las alertas ignoradas
Es cada vez más larga e inquietante la lista de las alarmas no escuchadas o menospreciadas que habrían podido servir de advertencia a Estados Unidos sobre el ataque terrorista.
• La información a Bush: Fuentes de la CIA informaron al presidente, en las vacaciones de agosto un mes antes del 11 de setiembre, que la red terrorista de Osama ben Laden podría intentar el secuestro de aviones norteamericanos. Bush había regresado de la Cumbre de Génova donde hubo una amenaza de ataque aéreo contra el AirForceOne, el avión presidencial. De inmediato, según la Casa Blanca, la administración difundió una alarma reservada a las fuerzas de seguridad. La información no advertía sobre la posibilidad de que los aviones secuestrados fuesen utilizados como misiles contra construcciones ni la fecha.
• La nota de Arizona: un mes antes, en julio, una nota del FBI en Arizona señalaba al cuartel general de Washington que un gran número de árabes estaba realizando cursos de adiestramiento de pilotos en, al menos, una escuela de vuelo norteamericana. El FBI no reaccionó ante la advertencia que incluía una referencia concreta a Ben Laden, planteando la hipótesis de que Al Qaeda y otros grupos análogos pudieran organizar algo en territorio norteamericano.
• Los controles de las Fuerzas Armadas: Una escuela de vuelo, siempre en Arizona, advirtió a la Federal Aviation Authority que uno de sus alumnos no tenía conocimientos ni técnicos ni lingüísticos para ser piloto. Un inspector llegó y se sentó junto a Hani Hanjour, el alumno, sin advertir nada raro. Pocas semanas más tarde Hanjour tomaba los comandos del vuelo de American Airlines que impactó contra el Pentágono.
• La detención de Moussaqui: En agosto, fue detenido Zacarias Moussaoui, cuyo comportamiento había suscitado sospechas cuando trataba de adiestrarse en una escuela de vuelo de Minnesota. El agente del FBI que lo interrogó advirtió a sus superiores de un plan terrorista vagamente definido contra el World Trade Center. Moussaoui está hoy preso y acusado de haber conspirado con Ben Laden y los 19 terrorista suicidas.
• La pista filipina: En 1996, cinco años antes del ataque, autoridades filipinas advirtieron a la CIA que pilotos de Medio Oriente se adiestraban en escuelas norteamericanas y que uno había mostrado intenciones de llevar un avión de línea contra un edificio federal en misión suicida.
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