Bukele, el millennial que renueva la política de El Salvador

Carlos Mario Márquez

Exalcalde la capital, asume hoy la presidencia. Durante la campaña electoral, popularizó la corta frase “devuelvan lo robado”, dirigida a los políticos, que era vociferada por sus seguidores en actos públicos.

Nayib Bukele, el joven y carismático exalcalde de la capital de El Salvador, asumirá hoy la presidencia tras rebelarse contra la política tradicional y poner fin a tres décadas de bipartidismo de gobiernos de derecha e izquierda.

A sus 37 años, este empresario de la generación millennial no necesitó movilizarse demasiado por el territorio para ganar las elecciones del pasado 3 de febrero, ante el descontento generalizado con los partidos históricos.

En su lugar, usó lo que maneja a la perfección: las redes sociales. Para mensajes explicativos usa Facebook Live, y desde que ganó la presidencia no ofrece ruedas de prensa, todos sus anuncios son vía Twitter.

“Es un hombre joven fuera de serie que tuvo la visión de leer el disgusto de la población y generarle una esperanza”, declaró María Ofelia Navarrete, una exguerrillera disidente del izquierdista Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), quien será ministra de Desarrollo Local en el gobierno entrante.

Con su estilo renovador, Bukele pidió recibir la investidura presidencial en la céntrica plaza Gerardo Barrios, rompiendo la tradición de realizar la ceremonia en recintos cerrados.

Y dijo que junto a su esposa Gabriela Rodríguez -con quien espera a una niña, su primogénita- tenían “el honor de invitar al pueblo salvadoreño” al acto de asunción.

Ello refleja el estilo relajado de este hombre que raramente usa corbata, y suele lucir jeans, calcetines de colores vivos, chamarra de cuero y gorra.

Se le conoce como “el Golondrino”, por el emblema del partido que lo llevó al poder, la Gran Alianza por la Unidad Nacional (Gana, conservadora).

Durante la campaña electoral, popularizó la corta frase “devuelvan lo robado”, dirigida a los políticos, y que era vociferada por sus seguidores en actos públicos de la opositora Alianza Republicana Nacionalista (Arena, derecha) que gobernó de 1989 a 2009.

También dirigió sus baterías contra el saliente gobierno del FMLN, su expartido, al cual acusó de dejar “nuestro país en ruinas. Que Dios los perdone”.

Como alcalde de San Salvador se identificó con los millennials, al grado de proyectar en la capitalina plaza El Salvador del Mundo una película de la serie animé “Dragon Ball”, participar en competencias de paintball o de juegos mecánicos extremos.

Nacido el 24 de julio de 1981, es hijo del fallecido empresario Armando Bukele, un químico industrial y representante de la comunidad de origen árabe-palestina, y de Olga Ortez.

Estudió derecho en la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) de San Salvador, pero no se graduó para dedicarse desde los 18 años a trabajar en una empresa de su padre.

Bukele inició su carrera política con el FMLN, al que oxigenó electoralmente con sus campañas a la alcaldía de San Salvador, pero el partido lo sometió a un severo juicio interno tras supuestamente calificar de “bruja” a una concejal.

Ese incidente derivó en su expulsión de la agrupación en octubre de 2017, y a que la afectada lo llevara a los tribunales por expresiones de violencia contra la mujer, cargo por el que fue absuelto en marzo último.

La familia Bukele simpatizaba con los principios de justicia social que el FMLN enarbolaba en los años ochenta, cuando era guerrilla, y llegó a brindar refugio a algunos de sus dirigentes en la clandestinidad pese al riesgo de cárcel o de muerte que ello representaba. Según el libro “¿Quién es Nayib Bukele?”, del periodista Geovani Galeas, una tarde de 1987 el candidato vio ingresar en forma secreta a su casa al legendario guerrillero Schafik Handal, uno de los cinco comandantes del FMLN.

Así, de su familia heredó la simpatía por la exguerrilla que, tras el fin de la guerra civil de 12 años, se convirtió en partido político en 1992, y gobierna el país desde el 2009.

Fue en el 2011 que se ofreció al FMLN para competir por la alcaldía de Nuevo Cuscatlán, un municipio de 10.000 habitantes vecino a la capital, donde Bukele ingresó a la política, ganando la elección de marzo de 2012.

Ante su popularidad, el FMLN lo postuló para recuperar la alcaldía de San Salvador de manos de la derecha, lo cual logró para el período 2015-2018.

Las encuestas lo mostraban como presidenciable, y las bases del FMLN lo apoyaron para un segundo período como edil capitalino, pero sobrevino su expulsión del partido, por lo que se decidió a formar la alianza Gana y lanzar su candidatura presidencial.

La mayor virtud que los analistas reconocen en Bukele es la habilidad que tuvo para cuestionar los 20 años de gobiernos de la derechista Arena y los 10 años del FMLN. “Los mismos de siempre (Arena y FMLN) pensaron que nuestro pueblo nunca iba a despertar, intentaron decirnos incansablemente que hacer las cosas bien era imposible”, sostuvo en su cierre de campaña en febrero pasado.


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