Bobby, el perro que alivia el dolor en el cementerio de Roca

En los entierros el animal se acuesta sobre el montículo de tierra y observa a la familia atento mientras dura el servicio. Luego recibe caricias. Hace tres años murió su amo y decidió vivir en ese lugar para estar al lado de su sepultura.

Bobby acompaña en silencio al sepulturero Daniel Cisterna cuando le toca realizar un entierro. Fotos Juan Thomes.

Mientras se realiza el servicio fúnebre en el cementerio municipal de Roca un perro se acuesta sobre el montículo de tierra y observa en silencio y serenamente a la familia doliente. Bobby se llama el animal que transmite una empatía que conmueve y llama la atención.


El perro desde hace tres años vive en el cementerio y acompaña todos los días a Daniel Cisterna, el sepulturero del turno tarde.

“Hace tres años que falleció su dueño y desde entonces nunca dejó el cementerio. Se quedó porque su amo está sepultado acá”, contó Daniel.


El trabajador municipal que hace 16 años se desempeña en el cementerio mencionó que el can lo acompaña en la recorrida diaria que debe realizar por el predio.


“Mi tarea es sepultar, caminar, recorrer el cementerio y Bobby anda a la siga mía. Cuando entro a las 13 y escucha la moto siempre me viene a recibir y cuando me voy me acompaña hasta la florería y pega la vuelta”, relató.

Pero el momento de los entierros fúnebres es cuando se puede apreciar la faceta más enternecedora de Bobby.
Durante los 45 minutos que es el tiempo que le lleva a Daniel realizar el entierro el perro se queda acostado al lado de la familia, quieto, observando el ritual. “Pareciera que comprendiera su dolor”, expresó Daniel.


Todos terminan admirados al ver el gesto del animal, lo acarician y preguntan por él. “Nosotros le contamos su historia”, dijo el cuidador municipal.

Desde que su amo fue sepultado en el cementerio de Roca se quedó a vivir allí. Foto Juan Thomes.

Fidelidad incondicional

Bobby tiene su cucha en el cementerio y desde que falleció su amo decidió quedarse a vivir allí. “Cuando llegó venía a la siga del coche fúnebre. Sepultamos al amo y él se quedó acá con nosotros”, recordó Daniel.


Los días pasaron y la familia vino a buscarlo, pero el animal no cambió de parecer. “El perrito seguía arriba de la tumba de su dueño, no se quiso ir. Lo cargaron a una camioneta, pero se bajó y volvió a la tumba de su amo. No se quiere ir, quiere quedarse con su amo”, contó el sepulturero.


Mientras Daniel habla con el equipo de Río Negro, el animal se acuesta a su lado. “He tenido perros, pero Bobby me conmovió mucho por el cariño que tuvo por su amo, por su fidelidad, es algo que nunca había visto”, expresó Daniel con sus ojos humedecidos.

Cada vez que Daniel tiene que realizar un recorrido en el cementerio Bobby lo acompaña. Foto Juan Thomes.

La “madrina”

Bobby tiene una “madrina” llamada Adriana Carrasco que semanalmente le va a dejar comida y que cuando sufre alguna molestia enseguida lo lleva al veterinario.


Adriana es docente y proteccionista independiente. Junto a sus hermanos, su esposo y sus hijas cuidan a perros de la calle, en especial los que viven en el cementerio de Roca.
“Los llevamos para que los castren, les damos de comer, todo lo que podemos hacer lo hacemos”, explicó la vecina solidaria.

Desde que su mamá falleció en 2008 Adriana visita el cementerio con regularidad. En este lugar con su familia conocieron a distintos perros que ayudaron.


“Cuando conocimos a Bobby enseguida fuimos a castrarlo para que no ocurra lo mismo que con otros que se escapaban a pelear”, contó.


La proteccionista señaló que está en permanente contacto con el sepulturero Daniel, “si los perros necesitan algo nos avisa”, dijo.

Adriana Carrasco es la «madrina» de Bobby. Todas las semanas le lleva su comida. Foto Juan Thomes.

Cuando se conoció la historia de Bobby algunos preguntaron porque no se buscaba a alguna familia que lo adoptara. Adriana explicó que el perro eligió vivir en el cementerio, “acá está su casa, no les falta el cariño, el alimento ni la atención veterinaria. Ellos están bien acá”, aseguró.


Adriana también se emociona con la determinación de Bobby de quedarse con su amo.
“Es una demostración de los fieles que son los perros a sus dueños. Pensar que hay mucha gente que los abandona, pero ellos no nos abandonan. El amor que tienen es incondicional y no se olvidan jamás”, expresó.


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