Hay un nuevo sospechoso de dispararle a Nahuel

El cabo Francisco Javier Pintos, integrante de la patrulla de Albatros que disparó contra los mapuches que resistían el desalojo de las tierras reivindicadas en Villa Mascardi, negó ante el juez federal Gustavo Villanueva que haya disparado ese día su MP5 (según las pericias la bala que mató a Rafael Nahuel salió de este subfusil) porque no subió a la montaña más con su pistola. El que sí llevaba consigo esta arma de alta efectividad es Juan Ramón Obregón, otro cabo de la fuerza.

Villanueva podría ahora citar a indagatoria a Obregón, que también forma parte de los Albatros apostados en San Fernando, en el norte del Gran Buenos Aires.

El abogado defensor de Pintos es Fernando Soto, un funcionario del ministerio de Seguridad que, por decisión de Patricia Bullrich, se puso a disposición del imputado. Está convencido de que quien haya disparado contra el joven mapuche lo hizo en cumplimiento del deber y ejerciendo una legítima defensa.

Las pericias en la causa ya despertaron la segunda polémica porque el estudio balístico indicó que la bala alojada en el cadáver de Nahuel partió el arma asignada a Pintos, pero el Albatro sostiene que no llevaba consigo el subfusil en ese momento.

Algo parecido ocurrió con el estudio de rastros de pólvora en las manos de la víctima, los dos mapuches detenidos ese día cuando bajaron a la ruta el cuerpo herido de muerte de Nahuel, y de los prefectos. Este estudio permite saber si la persona disparó un arma de fuego.

En el Centro Atómico Bariloche consideraron que las muestras correspondientes a Nahuel no tiene rastros suficientes para afirmar que se trata de pólvora de un disparo. Pero un trabajo posterior realizado en Salta afirma lo contrario: que el joven mapuche tenía rastros de pólvora en una mano.

Más información: El juez ya sabe quién es el prefecto que mató a Nahuel