Bariloche es zona de riesgo sísmico moderado ¿cómo nos preparamos?
La ciudad tiene normativa para construcciones antisísmicas pero en las escuelas no existe prevención ni simulacros.
Bariloche es zona de riesgo sísmico moderado ¿cómo nos preparamos?
Los requisitos de construcción antisísmica están incorporados desde hace décadas a la normativa de la ciudad, pero la garantía absoluta de resguardo ante algún terremoto no existe, porque “más allá de los controles que haga el Estado, hay cosas que no las detecta una inspección”.
Así lo afirmó el arquitecto Edgardo Vella, quien estuvo a cargo durante años de la dirección de Obras Particulares y hoy trabaja en la dirección de Planeamiento.
Explicó que la municipalidad exige la aplicación de las normas del Centro de Investigación de los Reglamentos Nacionales de Seguridad para las Obras Civiles (Cirsoc), en el apartado de construcciones sismorresistentes, que establece exigencias para las estructuras de hormigón, las metálicas y la mampostería portante.
Bariloche está catalogada como zona sísmica 2, en una escala que va del 0 al 4. Es decir que el riesgo es moderado. Pero la directora municipal de Protección Civil, Patricia Díaz dijo a “DeBariloche” que “más allá de la que digan las estadísticas, hay que tener en cuenta que la ciudad está a sólo 220 kilómetros en línea recta del sitio donde ocurrió el terremoto más fuerte de la historia, el de Valdivia en 1960”.
Díaz señaló que entre el 21 y el 23 de noviembre Bariloche será sede de un ejercicio de simulación de terremotos, con expertos nacionales e internacionales. “Viene gente de Naciones Unidas -dijo la funcionaria-. Los dos primeros días habrá capacitación, mientras que el tercero habrá un despliegue en el Centro Cívico, con simulaciones en 8 horas que abarcarán cinco días de trabajo”.
Aseguró también que “no existe una ciudad absolutamente preparada” para un terremoto de gran escala, pero dijo que en el último tiempo “se avanzó mucho en todo lo que es respuesta ante una emergencia ampliada, como es un sismo”.
En las escuelas no existe un plan sistemático de prevención y simulacros. Díaz dijo que es algo que depende de Educación y no del municipio, aunque igual dan charlas donde se las piden. En el último año sólo fueron convocados por el jardín 52, pero estimó que con lo sucedido en Neuquén “ahora por ahí se dispara”.
En relación con las obras, Vella refirió que los edificios pueden ser similares en apariencia a los de una zona no sísmica, pero “hay características en las vigas, las columnas, el encadenado, con una cantidad de armadura específica” que le otorgan mayor resistencia ante una “carga lateral”, como pueden ser los vientos fuertes o un terremoto.
Señaló también que los edificios “importantes” de uso público, como gimnasios o escuelas, tienen mayores exigencias, porque “no deben colapsar” en ningún caso.
Vella explicó de todos modos que la responsabilidad última es del profesional habilitado que firma el cálculo y ejecuta la obra, porque “es imposible estar al lado todo el tiempo, y si hay errores no los detecta una inspección”.
Admitió también que en Bariloche “hay muchas obras clandestinas que no tienen ningún tipo de garantía técnica”, porque nunca fueron declaradas al municipio.
“Si se desea reducir daños, el diseño no sólo debe proporcionar resistencia sino también suficiente rigidez para limitar las deformaciones”, señaló.
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