Banfield hizo su trabajo en casa y espera cómodo la revancha
Derrotó 2-0 a Deportes Tolima por la ida de octavos.
De cabeza. José Zelaya convirtió el segundo tanto del Taladro ante un Tolima muy flojo en el juego aéreo.
Banfield está para grandes cosas. Juega con la seguridad de un equipo que sabe muy bien cómo hacerlo. Es sólido y compacto, pero no amarrete. Maneja la pelota cuando debe hacerlo y se la da al rival el partido le queda demasiado cuesta arriba. Hay que jugar muy bien para ganarle a este Banfield. Anoche, el Deportes Tolima, de Colombia, se insinuó como un equipo peligroso, pero no di la talla para doblegar a un Taladro firme y con su libreto estudiado. En el “Florencio Sola” lo derrotó 2-0, por la ida de octavos de final de la Copa Sudamericana, y espera cómo la revancha en Ibagué, dentro de dos semanas. El 4-4-2 de Julio Falcioni cuenta con Walter Erviti, el alma futbolística Banfield. Junto con Marcelo Quinteros, por la banda derecha, generó lo mejor del Taladro. Desde ese sector llegaron los dos goles. A los 13 minutos, Erviti ejecutó un tiro libre desde la derecha, le puso la pelota en la cabeza a Víctor López y el zaguero, ayudado por una mala salida del arquero Anthony Silva, marcó el 1-0. Y a los 23, Marcelo Quinteros lanzó un centro desde el mismo lugar en el que lo había hecho Erviti para el primer tanto, sólo que esta vez con la pelota en movimiento. En el área apareció José Zelaya entre los zagueros y de cabeza le cruzó la pelota a Silva. Tolima exigió a Banfield a partir de la movilidad de sus volantes y de la capacidad técnica del argentino Rodrigo Marangoni. Pero la zaga banfileña, y sobre todo Víctor López, cerró todo camino hacia el arquero Bolonia. En el complemento, con la ventaja a favor, Banfield se replegó. Plantó las dos líneas de cuatro y todos a marcar y recuperar. Tolima se encontró con la pelota, pero chocó con la férrea defensa local. Aún así, el equipo colombiano tuvo su momento, que no supo aprovechar porque otra vez Bolonia, como en aquella pelota del primer tiempo que le sacó a Perlaza, puso la cara por Banfield atajando una pelota que había dado en un compañero e iba hacia el arco. Una vez que la visita se declaró impotente para derrumbar la muralla verde y blanca, el partido terminó de quedar en las manos del Taladro. Si Banfield aburre es porque maniata a sus rivales, los ahoga en el medio y les saca la pelota y toda energía. Anoche lo sufrió el Deportes Tolima. Ahora es el turno de River, el domingo, por el torneo Apertura.
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