Rodríguez y Vergauven, entre los diez mejores del Mundo

El futuro del canotaje en la especialidad maratón está asegurado. La dupla integrada por el maragato Agustín Rodríguez y el viedmense Sebastián Vergauven, logró el noveno lugar en K2 séniors, la prueba máxima del canotaje Mundial en la especialidad maratón.

Sudáfrica marcó el debut en la categoría para la dupla del club náutico Piedra Buena de Patagones, aunque lo más destacado fue que ambos palistas mantienen al país entre los mejores botes del Mundo tras la despedida de Néstor Pinta y Martín Mozzicafreddo, que dejaron un legado complicado de superar.

Pero a Rodríguez y Vergauven no les pesó para nada, tampoco que fuera su debut en la elite del canotaje. Entrar entre los diez mejores botes del planeta era una posibilidad, tenían el nivel y durante los entrenamientos previos al Mundial los tiempos ofrecían esa chance. La dupla tuvo una buena salida y durante los 29.8 kilómetros de competencia se mantuvo entre las primeras diez embarcaciones estableciendo un registro de 2h 4m 33s.

Más información: Balboa tuvo el plan para ser campeón en Sub 23

Incluso en los metros finales la dupla criolla estuvo cerca de subir al octavo lugar cuando luchó esa posición frente al binomio checo Adam-Zavrel que finalmente quedaron arriba sólo por dos segundos.

Mirá los metros finales de Rodríguez y Vergauven

Fue una gran carrera para los jóvenes palistas de la Comarca, que dan ventaja por la corta edad. Agustín Rodríguez apenas tiene 19 años y Sebastián Vergauven hace unos días cumplió 21. Un gran futuro por delante tiene esta dupla del Piedra Buena que sueña a lo grande, pero por ahora disfruta de este gran resultado para el canotaje nacional.

En cuanto al título, no hubo sorpresas ya que la dupla sudafricana integrada por Hank Mc Gregor y Jasper Mocke aseguraron la corona en casa estableciendo un tiempo de 2h y 10s, luego de una lucha dramática frente a los húngaros Adrian Boros y Laszio Solti que quedaron a un poco más de un segundo de los campeones.

El podio lo completó otro bote sudafricano conformado por Jean Van Der Westhuizen y Andrew Birkett.

Los tiempos y la clasificación final en K2 séniors

Hace casi un año, Franco Balboa había afirmado que su gran objetivo era el Mundial 2017 de Sudáfrica. No estuvo equivocado, porque llegó ese momento y el palista neuquino hizo historia. Ayer se consagró campeón del mundo Sub-23 de canotaje en la especialidad maratón, en el certamen que se realiza en Pietermaritzburg. Hoy será el turno para la roquense Cecilia Collueque (ver página 36).

Con la misma calma con la que encaró la prueba, Balboa enfrentó a la prensa después de consagrarse. “Fue una prueba muy dura, entrené mucho para el Mundial. Me encontré con un rival muy fuerte en el sudafricano Notten, que estuvo tremendo, se escapó un par de veces”, recordó Balboa, palista del club Ceppron de Neuquén. Enseguida agregó que mantuvo “el plan previo a la prueba y tuve la suerte de realizar un gran sprint”.

Balboa destacó que “me quise sostener en el grupo de cabeza. En unas vueltas sentí los brazos agarrotados, no podía alcanzar al sudafricano cuando se escapó, estaba complicado”.

Sin embargo, en una definición electrizante, el palista neuquino tocó el cielo con las manos. “En la en la última vuelta me jugué todo y me salió bárbaro”, afirmó, muy emocionado.

Balboa no se olvidó de destacar el trabajo previo que realizó en el club Chiapella y al entrenador Manuel Pedrales Alonso. “Me recibieron como en mi casa, me sentí bárbaro entrenando en Galicia”, comentó.

Por último, señaló que espero “que sea el primer título de muchos más”. Es un palista de palabra, seguro que en su campaña agregará nuevas conquistas y ayer dio un aviso de aquellos. Brilló en menores de 23 años y sueña con repetir entre los mayores.

El palista del club Ceppron está radicado hace tres meses en Galicia. Entrena en el club Chiapella, bajo las órdenes de Manuel Pedrales Alonso.

Podio

mundial

La prueba tuvo siete vueltas, con seis acarreos, y se definió en los últimos 500 metros. Franco llegó en soledad, largó la pala, miró al cielo y empezó a llorar.

La prueba que coronó a Balboa como el mejor del planeta se cumplió en una distancia de 26,2 kilómetros. Fueron siete vueltas con seis acarreos y el neuquino se mantuvo en el lote de avanzada durante todo el recorrido.

El título se definió en una espectacular pulseada entre Franco y el sudafricano Nicolas Notten, que quedó en favor del palista de Ceppron por sólo 10 segundos, después de un tremendo embalaje en los 500 metros de cierre de la prueba.

En los primeros 4 kilómetros, de la vuelta inicial, se armó un lote de entre cinco y siete botes que se despegaron. Cuando promediaba la prueba Balboa llegó a estar primero, pero luego se mantuvo en el pelotón, pensando en el embalaje final. El último acarreo fue decisivo. En la vuelta final aparecieron en toda su dimensión Balboa y Notten para quebrar la resistencia de sus rivales. Parecía que la victoria se la llevaba Notten, pero en los 500 metros finales el neuquino no le dio opciones a su rival.

El festejo, que se pudo ver a través de la televisión, fue emotivo. Llegó sólo. Arrojó la pala, miró al cielo, tal vez buscando a un ser querido, y empezó a llorar de alegría, por un triunfo que entró en la historia de su campaña deportiva y del canotaje argentino.

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