Werner y Rossi, un clásico que se extrañaba en el TC

Pasaron varios años hasta que dos grandes pilotos como Mariano Werner y Matías Rossi volvieron la victoria en una prueba de TC. En el estreno del certamen en Viedma entregaron un gran espectáculo. Una lástima la rotura del motor del Toyota del Misil, quien no pudo festejar su primer triunfo con la quinta marca que tiene la popular categoría.

Pasaron muchas cosas antes del comienzo de un nuevo certamen del TC, con muchos cambios tanto en el mercado de pases como con el reglamento, el desembarco de nueve debutantes y varias ausencias, la más notoria la de Agustín Canapino.

Una vez más quedó demostrado que el TC es a prueba de los nombres, por más que en la previa fue el propio Werner uno de los pocos que se animo a señalar que iba a extrañar a Canapino, al que calificó como muy competitivo.

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La primera fecha del TC en Viedma sirvió para reeditar el duelo entre Werner, quien busca su tercer título, y Rossi, como antes lo tuvo con Canapino. Nadie se olvidó de aquel toque en el cierre del certamen 2016 en La Plata, donde el Zorro le pegó al Misil, por eso fue suspendido, y se consagró Guillermo Ortelli.

Los retoques reglamentarios permitió que el Toyota fuera más competitivo, por eso Rossi, quien ganó la serie más rápida, se convirtió en el principal rival que le apareció a Werner en el estreno del certamen en Viedma.

Si bien recién se cumplió la primera fecha, por lo demostrado en Viedma, no hay dudas que Werner y Rossi asoman como candidatos al título. Impusieron un gran ritmo y fueron los grandes protagonistas del espectáculo, por más que después de largar último el campeón José M. Urcera edificó un trabajo fantástico, avanzando 39 lugares.

Fue una pulseada en la que no hubo pausa entre Werner y Rossi, con maniobras al milímetro, de un gran nivel. Los dos tienen muchas batallas encima y buscaron el error ajeno para definir al ganador. El de Ford se equivocó en una curva a siete vueltas del final y el de Toyota aprovechó para recuperar el liderazgo.

Parecía que estaba todo definido en favor de Rossi, por el gran rendimiento de su auto, pero a tres vueltas del cierre se rompió el motor del Camry y el Misil se quedó con las manos vacías, aunque con la tranquilidad de saber que cuenta con un medio mecánico de nivel.

Fue tan buen el espectáculo que casi nadie de acordó de la ausencia de Canapino. La lucha entre Werner y Rossi se robó la atención de miles de aficionados. Seguro que, aunque la lógica a veces no domina en el TC, se volverán a encontrar en pista peleando por la victoria.