Autoconvocados de salud pidieron al obispo de Neuquén que medie en el conflicto

Cuando los conflictos sociales de Neuquén que no tenían respuesta ni solución, solía acudirse a un lugar en el centro de la ciudad. Ese lugar ha sido la sede del obispado, un legado que dejó Jaime de Nevares, el primer obispo de la diócesis de Neuquén, que mantenía abierta permanentemente la puerta de la santa sede a quienes buscaban ayuda. Muchos conflictos salariales también se resolvieron en el interior de ese edificio, los sucesores de Don Jaime debieron mantener  la tradición de intervenir entre la disputa de dos sectores.