Ausencia de respeto a normas y valores

• Ausencia de capacitación al comerciante (que genera maltrato, engaños a los turistas y deterioro de la visión de Bariloche como una ciudad turística amigable y receptiva). • Falta de una visión ciudadana que enfatice en adecuadas normas de convivencia y respeto por “el otro”, fomentando un adecuado trato entre los ciudadanos (al consumidor en general, a los usuarios de servicios, en comercios, etc.) y al turista. • Ausencia de un plan integral de cultura, que contemple las necesidades y características de la sociedad local, fomentando los rasgos propios identitarios de los diversos sectores. • Violencia y prepotencia manifestada en la circulación vehicular (bocinazos, intolerancia, desconsideración, desconocimiento de normas básicas). No se respetan las normas de tránsito. • Escasa participación ciudadana en las organizaciones. • Vigencia de la cultura de especulación y del individualismo. • Desconocimiento de los derechos del ciudadano. Inadecuado acceso al derecho a estar informado (por parte de las autoridades municipales y nacionales: Defensa Civil, Consejo Municipal, Defensa al consumidor). Restricción al acceso a la información pública. No se difunden protocolos de acción ante emergencias (civiles, incendios, climáticas, sismos, desastres naturales en general) y desconocimiento de estrategias de evacuación. • Falta de una cultura ambiental (dado el consenso y la importancia por valorar los recursos escénicos y ambientales): escasas campañas de prevención de incendios (para locales y visitantes); escasas campañas respecto a los residuos (para locales y turistas); a nivel político-gerencial: nuestros políticos y técnicos no valoran ni respetan los recursos (bosques, agua, aire, suelos).


• Ausencia de capacitación al comerciante (que genera maltrato, engaños a los turistas y deterioro de la visión de Bariloche como una ciudad turística amigable y receptiva). • Falta de una visión ciudadana que enfatice en adecuadas normas de convivencia y respeto por “el otro”, fomentando un adecuado trato entre los ciudadanos (al consumidor en general, a los usuarios de servicios, en comercios, etc.) y al turista. • Ausencia de un plan integral de cultura, que contemple las necesidades y características de la sociedad local, fomentando los rasgos propios identitarios de los diversos sectores. • Violencia y prepotencia manifestada en la circulación vehicular (bocinazos, intolerancia, desconsideración, desconocimiento de normas básicas). No se respetan las normas de tránsito. • Escasa participación ciudadana en las organizaciones. • Vigencia de la cultura de especulación y del individualismo. • Desconocimiento de los derechos del ciudadano. Inadecuado acceso al derecho a estar informado (por parte de las autoridades municipales y nacionales: Defensa Civil, Consejo Municipal, Defensa al consumidor). Restricción al acceso a la información pública. No se difunden protocolos de acción ante emergencias (civiles, incendios, climáticas, sismos, desastres naturales en general) y desconocimiento de estrategias de evacuación. • Falta de una cultura ambiental (dado el consenso y la importancia por valorar los recursos escénicos y ambientales): escasas campañas de prevención de incendios (para locales y visitantes); escasas campañas respecto a los residuos (para locales y turistas); a nivel político-gerencial: nuestros políticos y técnicos no valoran ni respetan los recursos (bosques, agua, aire, suelos).

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