Aunque el Covid siga presente, no hay que olvidarse del dengue
Aunque el Covid-19 esté en primera plana, la llegada del calor hizo que las provincias comenzaron a activar sus campañas de prevención contra el dengue. Repasamos de qué se trata esta infección y cómo podemos hacer para prevenirla.
Según el último Boletín Integrado de Vigilancia del Ministerio de Salud de la Nación, entre las semanas 31 y 37 del 2020 se notificaron 530 casos con sospecha de arbovirosis en el país, de los cuales 464 corresponden a casos de dengue. Asimismo, en las últimas décadas ha aumentado notablemente la incidencia de esta enfermedad que ya es endémica en más de 100 países, aunque, debido a que la gran mayoría de los casos son asintomáticos, el número real de casos suele ser mayor al notificado.
Se trata de una infección víral que se transmite por la picadura de un mosquito hembra del género Aedes que se encuentra infectado con el virus. El Aedes aegyptis y el Aedes albopictus son los mosquitos transmisores del dengue, pero el primero constituye la principal fuente de transmisión, no solo del dengue, sino también de la fiebre chikungunya, la fiebre amarilla y la infección por el virus de Zika.
Como este insecto tiene hábitos domiciliarios, la transmisión suele ser predominantemente doméstica. Además, las picaduras suelen darse durante el día, ya que esta especie tiene un período de alimentación más activo antes y después del amanecer y del atardecer. “El contagio solo se produce por la picadura de los mosquitos infectados, nunca de una persona a otra, ni a través de objetos o de la leche materna. Pero, aunque es poco frecuente, las mujeres embarazadas también pueden transmitir la enfermedad al bebe en su útero”, dice la Dra. Valeria El Haj, Directora Médica Nacional de OSPEDYC.
¿Cuáles son los síntomas?
Según la profesional, se debe sospechar que una persona padece dengue cuando presenta fiebre elevada (40 °C) que se acompaña de dos de los siguientes síntomas: dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
“Al igual que el COVID-19, el dengue es una enfermedad sistémica y muy dinámica. En pocas horas un paciente puede pasar de un cuadro leve a un cuadro muy grave. Es por ello que el equipo de salud debe realizar un seguimiento estricto del paciente y, junto a su grupo familiar, deben estar atentos a los signos de alarma, controlando al paciente infectado durante por lo menos 48 horas después de haber finalizado la etapa febril”, explica la profesional médica de OSPEDYC.
Además, la doctora advierte que, en su estado más severo, el dengue puede presentar complicaciones como dificultad respiratoria, hemorragia grave o falla multiorgánica. “Los signos que advierten estas complicaciones se presentan entre 3 y 7 días después de los primeros síntomas y se acompañan de un descenso de la temperatura corporal, dolor abdominal intenso, vómitos persistentes, respiración acelerada, hemorragias de las encías, fatiga, inquietud y presencia de sangre en el vómito. Las siguientes 24 y 48 horas de la etapa crítica pueden ser letales, por lo cual es necesario brindar atención médica para disminuir el riesgo de muerte”, afirma.
¿Cómo prevenirlo?
Al no existir una vacuna contra el dengue, la única forma de controlar la enfermedad es a través de la prevención. En este sentido, la doctora El Haj comparte algunas medidas importantes a tener en cuenta.
Primero, controlar al mosquito y sus criaderos: para ello es necesario mantener tapados los tanques y recipientes que colectan agua o puedan recolectarla. Se recomienda cambiar el agua y limpiar los floreros, platos bajo macetas, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia y bebederos de animales que se encuentren dentro y fuera de la casa cada 3 días. También se deben conservar limpias, cloradas o vacías las piletas de natación. Es importante mantener los patios desmalezados, destapar los desagües de lluvia de los techos y eliminar el agua de los huecos de los árboles.
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Además, hay que detectar de forma rápida y temprana los casos: es importante reconocer los síntomas y consultar rápidamente con un médico ante la sospecha de dengue.
Por último, y no menos importante, evitar picaduras: para evitar la propagación de la enfermedad se deben utilizar repelentes o insecticidas, colocar mosquiteros o telas metálicas en las aberturas de las viviendas.
Ante la sospecha de dengue…
En primer lugar, estar atento a la aparición de fiebre elevada y al menos dos de todos estos síntomas: dolor de cabeza intenso, dolor detrás de los ojos, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, agrandamiento de ganglios linfáticos o sarpullido.
En caso de poseer algunos de estos síntomas, concurrir a un Centro de Salud.
Evitar viajar una vez que tenemos los síntomas; y evitar cualquier posibilidad de contacto con los mosquitos mientras está con fiebre o hasta que se descarte el diagnóstico de Dengue, para evitar la propagación de la enfermedad en el caso de ser picado por un mosquito vector que pueda seguir transmitiendo el virus a otras personas.
No automedicarse ni utilizar aspirina: su efecto puede provocar hemorragias.
No utilizar antibióticos: el dengue es producido por un virus y los antibióticos solo atacan a las bacterias. Consultar a los médicos.
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