Así avanza la granja autosustentable de los trabajadores de la Cooperativa JJ Gómez, en Roca
Cómo empezaron con los cultivos y los proyectos que piensan incorporar.
Un viejo tractor Fiat, apodado “La Hormiga Negra” por su tenebroso color negro mate, surca la tierra ya removida por enésima vez abriendo los surcos para plantar papas. Frente a las compuertas de una camioneta blanca, se arremolinan varias personas esperando su correspondiente ración del noble tubérculo para ir hasta el fondo de los surcos a depositarlos cada 10 centímetros. No son peones. Son trabajadores de la carne, administrativos, y amigos de un proyecto solidario. Vinieron un sábado a la mañana a pasarse unas horas bajo el sol para contribuir a la primera temporada de verduras de la granja bautizada como “La René”.
Son muchos los proyectos. En la granja empezamos con verduras, pero hay un proyecto de piscicultura, de conejos, gallinas, algunas vacas. Todo destinado a la familia de la cooperativa.
Felipe Gerbán, presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez
En este caso tampoco se trata de una licencia romántica, sino que fue René Roharte, uno de los primeros en traspasar los portones para custodiar las instalaciones de la ex Fricader hace 19 años. Y fue quien, entre los corrales del predio de JJ Gómez, hizo una huerta porque no había para comer. Y sumó verduras a las palomas que cazaban en los tanques de agua. “Y él nos alimentó con lo que pudo”, dice Gerbán, quien remarca que “le pusimos ese nombre como un homenaje”.
Felipe Gerbán, presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez, reconoce que “se compró la chacra un poco como un espacio de recreación”, y una cancha de paddel, unas parrilleras y una pileta sustentan sus palabras.
“Pero derivó en el proyecto de hacer una granja autosustentable. La idea era usar la lógica, o sea, tener un pedazo de tierra y tratar de producir nuestros propios alimentos. Lo de la pandemia también nos empujó, porque las familias tienen que salir a comprar”, resume el presidente de la Cooperativa de Trabajo JJ Gómez, en referencia al bolsón de verduras que ya están entregando en convenio con la Asociación de Horticultores de General Roca.
Cuenta que “en esta etapa estamos trabajando la verdura, pero la idea es hacer algo de conejos, también gallinas para huevo. Hay un proyecto de piscicultura también. También poner un par de vacas lecheras. Todo con la idea de hacer un paquete, un bolsón, para que semanalmente los compañeros puedan llevarse productos que salgan de la granja”.
La treintena de personas que plantaron las papas, sobre el mediodía de un sábado soleado, toman sus botellas de agua y emprenden el regreso a casa. Se saludan. Hacen chistes. Posan para las fotos. Se ríen.
Lo que acaba de ocurrir es que “se sembró papá de manera colectiva”, cuenta Gerbán, y detalla que “vinieron y participaron muchos de los compañeros de la cooperativa. La idea es integrarlos y que sientan que esto les pertenece. Empezar a ver y compartir estos momentos, que para mí son buenísimos, como es el tema de plantar y después cosechar lo propio. Yo también estoy trabajando y dando una mano”.
Se han nivelado 8 hectáreas que están aptas para sembrar, y las acequias están altas y hay buena presión de agua. Además de herramientas de labranza, bajo unos sauces, cerca de la casa, funciona algo parecido a un taller de mecánica y herrería. Ahí, vía tutoriales, lógica e intuición, se trabaja en nuevas herramientas que faciliten las tareas de laboreo.
“Estamos haciendo algunas máquinas para mejorar lo que es el transplante de los plantines, para sembrar, un poco para cambiar la lógica de cómo se hace en el valle, que hay que estar de sol a sol trabajando arqueado, con la espalda complicada. La idea es tratar de buscarle la vuelta para que esos trabajos no sean de esa misma manera, sino que cambien y que te dé gusto venir a sembrar, a plantar”, se entusiasma y muestra videos de cómo otros, en otros puntos del mundo, se las ingeniaron para hacer sus propias herramientas.
“Estamos haciendo máquinas con chatarra vieja del frigorífico. Fierros que se sacaron, que ya no sirven, o no son utilizados en el frigorífico. Estamos reciclando y la verdad que los estamos probando y funcionan, así que nos parece genial la idea de mejorar el bienestar de la persona que está laburando en la huerta”, dice.
Se le pregunta por las metas, y responde: “Son muchos los proyectos. En la granja igual es seguir creciendo. Empezamos con verduras, pero hay un proyecto de piscicultura, de conejos, gallinas, algunas vacas. Todo destinado a la familia de la cooperativa”.
Informe: Fabricio González
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