Murió el saxofonista Fred Anderson
CHICAGO.- Fred Anderson, un saxofonista cuyo club de Chicago es conocido como una de las cunas del jazz contemporáneo, falleció el jueves pasado. El músico tenía 81 años. Sus hijos, Eugene y Michael Anderson, fueron los encargados de anunciar que el músico murió el jueves. Pero a la vez se negaron a ofrecer más detalles. Nacido en Louisiana, Anderson tocó relativamente en el anonimato hasta que alcanzó prominencia en los años 90. Algunas compañías musicales comenzaron a publicar grabaciones de su trabajo y el saxofonista tenor obtuvo reseñas positivas. Luego participó con regularidad en el circuito de los festivales de jazz en Estados Unidos y Europa. Anderson hizo de Chicago su patria y fue uno de los fundadores de la Association for the Advancement of Creative Musicians, en 1965. Esta asociación “impulsora de músicos creativos” allanó el camino para que el free jazz llegara a más gente, de acuerdo a lo consignado por la agencia internacional Ansa. Pero no fue su único mérito, en el sentido de abrir el camino para sus colegas en la música. En 1983, Anderson adquirió el Velvet Lounge, un lugar en el que había trabajado algún tiempo atrás como camarero. Ahora, como propietario, Anderson hacía de todo: desde cobrar 10 dólares en la entrada, hasta tocar su saxofón en el escenario y, por supuesto, cuando terminaba la noche, sacar la basura. Nada le era ajeno a este personaje tanto del escenario como abajo de él. El sabía que para que haya música, había que ocuparse de todo. El saxofonista hizo del club de Chicago uno de los locales de jazz más famosos de Estados Unidos, y allí se grabaron decenas de discos. Cuando el edificio fue derribado, en el 2006, Anderson abrió a unos metros un nuevo Velvet Lounge. (AP/DPA/Télam)
CHICAGO.- Fred Anderson, un saxofonista cuyo club de Chicago es conocido como una de las cunas del jazz contemporáneo, falleció el jueves pasado. El músico tenía 81 años. Sus hijos, Eugene y Michael Anderson, fueron los encargados de anunciar que el músico murió el jueves. Pero a la vez se negaron a ofrecer más detalles. Nacido en Louisiana, Anderson tocó relativamente en el anonimato hasta que alcanzó prominencia en los años 90. Algunas compañías musicales comenzaron a publicar grabaciones de su trabajo y el saxofonista tenor obtuvo reseñas positivas. Luego participó con regularidad en el circuito de los festivales de jazz en Estados Unidos y Europa. Anderson hizo de Chicago su patria y fue uno de los fundadores de la Association for the Advancement of Creative Musicians, en 1965. Esta asociación “impulsora de músicos creativos” allanó el camino para que el free jazz llegara a más gente, de acuerdo a lo consignado por la agencia internacional Ansa. Pero no fue su único mérito, en el sentido de abrir el camino para sus colegas en la música. En 1983, Anderson adquirió el Velvet Lounge, un lugar en el que había trabajado algún tiempo atrás como camarero. Ahora, como propietario, Anderson hacía de todo: desde cobrar 10 dólares en la entrada, hasta tocar su saxofón en el escenario y, por supuesto, cuando terminaba la noche, sacar la basura. Nada le era ajeno a este personaje tanto del escenario como abajo de él. El sabía que para que haya música, había que ocuparse de todo. El saxofonista hizo del club de Chicago uno de los locales de jazz más famosos de Estados Unidos, y allí se grabaron decenas de discos. Cuando el edificio fue derribado, en el 2006, Anderson abrió a unos metros un nuevo Velvet Lounge. (AP/DPA/Télam)
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