Artesanos y emprendedores de Bariloche están en el peor momento
Esperan el turismo para reactivar su economía. Hubo pruebas piloto para abrir las ferias pero no tuvieron resultados porque las ventas fueron magras.
Los microproductores, artesanos y emprendedores de la llamada “economía social” de Bariloche atraviesan un cuadro “dificilísimo”, según lo definió uno de sus dirigentes, debido a la caída abrupta de sus ventas, que están ligadas en buena medida al turismo y a la insuficiencia de los programas de ayuda implementados por el Estado.
La feria Ecosureños, que agrupa a casi un centenar de productores y funciona en una globa en el Centro Cívico, permanece cerrada desde marzo. El mes pasado realizaron una “prueba piloto” para reabrirla, pero desistieron después de 8 días, porque las ventas fueron magras y no pudieron sostener los gastos básicos de funcionamiento.
Lo mismo ocurre con la feria de artesanos de la calle Urquiza, que permanece desactivada, a la espera del retorno del turismo. Aunque la escala es otra, la realidad para ellos es tan dura como la que viven los locales de la calle Mitre, que también están orientados a una clientela foránea y cuyos dueños, en muchos casos, prefirieron cerrar hasta que se reanude el flujo de visitantes.
A la misma situación se vio empujado el Colectivo de Diseño, un grupo de diseñadoras locales de textiles, cerámicas y accesorios que había crecido mucho en los últimos tres años y llegó a abrir un local propio en la Mitre. Cuando la cuarentena se flexibilizó, probaron un par de meses pero decidieron cerrarlo, para concentrarse en su punto de venta original, en el kilómetro 8 de Pioneros.
La secretaria de Producción, Innovación y Empleo del municipio, Eugenia Ordóñez, dijo que por ahora los emprendedores sólo mantienen su punto de venta permanente en el Puerto San Carlos, donde el costo es menor y la atención es rotativa, “por eso no es tan difícil sostenerlo”.
También en el Scum de Moreno y Villegas el municipio ofrece espacios para distintos emprendimientos y esta semana expone y vende El Refugio, tienda de artesanos. Los locales de la terminal y del cerro Catedral están cerrados.
Ordóñez reconoció que la globa del Centro Cívico no resultó viable y que luego de algunos días la decisión fue cerrarla. “No hubo flujo de gente y no vendieron casi nada”, admitió.
El referente de Ecosureños, Gustavo Hernández, señaló que la experiencia resultó fallida porque comprobaron una vez más que la feria sin turismo no funciona. Dijo que producen también para el público residente, pero el interés es poco. “Haría falta una campaña de difusión muy grande” para sumar ese tipo de clientela -dijo Hernández- “y sin ayuda del Estado es imposible”.
Señaló que la globa abrió ocho días y cada productor vendió en promedio 1.200 pesos. Resolvieron cerrar porque tiene muchos gastos fijos y era “insostenible”. Reconoció que el municipio recién el mes pasado, después de siete meses de gestiones, accedió a pagar la mitad del gasto de sereno.
El sector no la pasa bien
“Es un ir y venir buscando opciones, pero está todo complicado. Para la vender vía web hay que tener una plataforma y todo cuesta. No es fácil porque el pequeño productor no tiene reservas para algo así -explicó Hernández-. El sector no la pasa bien, está en muy malas condiciones”.
Dijo que algunos de sus colegas pudieron cobrar el IFE y otros dependieron estos meses de los bolsones de alimentos del municipio. Recién el mes pasado recibieron una asignación especial de 10 mil pesos que otorgó la provincia. Aspiraban, entre otros cosas, a acceder a los créditos de tasa cero que otorga el Crear, pero no calificaron. “También con la ley de emergencia turística quedamos excluidos en la reglamentación”, completó.
La única expectativa real es la vuelta del turismo, prometida ahora para el 4 de diciembre. La semana próxima volverán a abrir la globa el viernes y sábado, de 10 a 20, con la posibilidad de continuar el domingo si las ventas lo justifican. Repetirían el siguiente fin de semana a la espera de que el movimiento turístico se empiece a notar. “Creo que trabajar este verano al 50% sería una buena temporada y superar eso sería bárbaro”, dijo Hernández. Admitió que sólo la vacuna cambiaría el panorama. Y dijo circulan nuevas esperanzas cuando ven que cada noticia optimista sobre tratamientos y fármacos contra el Covid “dispara las reservas”.
Perfiles y mercados
Ordóñez coincidió en que los microproductores y la economía social viven una realidad “complicada” y no dieron resultado los intentos de abrir bocas de venta antes de la llegada fluida de visitantes. “Necesitamos del turismo urgentemente”, dijo la funcionaria.
Refirió que las ferias existentes -que venden producción propia de cueros, madera, velas, mates, relojes, tejidos, cerámica, juguetes, textiles y bijou- están orientadas a ese tipo de público y no suelen trabajar con barilochenses, a pesar de que la ciudad tiene 150 mil habitantes y también podría constituir un mercado atractivo.
Aceptó que “hay un terreno para trabajar” en el perfil de los productos y las estrategias de comercialización. Hernández dijo que todos los productores tienen artículos orientados al turismo (el recurso típico es grabarles “Bariloche”) y otros que no, pero la venta local “cuesta mucho”.
Por eso la recuperación progresiva que tuvo una parte del comercio local a medida que se flexibilizó la cuarentena nunca les llegó a los productores de la economía social, cuyo foco de atención está puesto forzosamenteen las medidas de apertura del transporte, la hotelería y el levantamiento de las restricciones para viajar.
Reducir y esperar
El Colectivo de Diseño nació hace ocho años y había tenido un crecimiento progresivo a partir de su local inicial ubicado en la zona oeste de la ciudad, la realización de ventas periódicas en propuestas “itinerantes” y la apertura, hace un par de años, de un nuevo espacio comercial en plena calle Mitre, con costos mayores, pero con ventas ligadas más directamente al público turístico.
Alucena Szok, una de las integrantes del grupo, dijo que el golpe fue duro. “La cuarentena nos dejó en shock, pero de a poco nos fuimos adaptando”, aseguró. Con el correr de las semanas lograron mantener un nivel básico de comercialización a pura creatividad, con herramientas nuevas como el delivery y la venta on line. Pero debieron cerrar el local de Mitre, luego de intentarlo durante dos meses y comprobar que no cerraban los costos.
El perfil del emprendimiento está organizado en torno a una clientela muy fiel, que buscan artículos personales, en los que el rasgo principal es el diseño, según explicó Szok. Dijo que sus clientes barilochenses, a los que llaman “público vecino”, los buscan cada vez que necesitan hacer un regalo y nunca los dejaron “de a pie”.
Pero el volumen de ventas que garantizaba el turismo, por ahora está clausurado.
El Colectivo tiene 29 integrantes y ofrece una gran variedad de textiles, accesorios, tejidos, juguetes, cerámica. La apuesta ahora, más que la apertura turística, la tiene concentrada en la Navidad, que siempre para ellas es un momento fuerte de ventas.
En la actualidad mantienen abierto su local de Pioneros al 8.400 de lunes a sábado de 10 a 20 y cuando se acerque Navidad planean también abrir los domingos.
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