Llegó el príncipe saudita para participar del G20
El arribo se produce en el marco de las acusaciones por la muerte de un periodista del Washington Post
El príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed Bin Salman, arribó a la Argentina a las 7:20 para participar de las reuniones del G20.
El arribo se produce en el marco de las acusaciones por la muerte de un periodista del Washington Post, acerca de la cual se acusa al mandatario saudí. La ONG Human Rights Watch pidió a Argentina procesar al príncipe heredero por este tema y por la guerra en Yemen.
Es posible que Salmán se reúna en Buenos Aires con Erdogan, en lo que sería su primer encuentro desde el asesinato del periodista saudita Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudita en Estambul el pasado 2 de octubre, según declaró hace unos días el portavoz del presidente turco, Ibrahim Kalin.
La llegada del príncipe heredero ocurre el mismo día en que la justicia argentina debe evaluar si le abre una investigación a raíz de una denuncia presentada por el grupo de defensa de derechos humanos Human Rights Watch por el asesinato de Khashoggi y crímenes de guerra en Yemen. El fiscal Ramiro González quedó a cargo de dictaminar si hace un requerimiento de instrucción.
La denuncia contra el príncipe heredero fue presentada el lunes por el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth, según un comunicado de esa organización.
“La asistencia del príncipe heredero a la cumbre del G20 en Buenos Aires, podría hacer que los tribunales argentinos sean una vía de reparación para las víctimas de abusos que no pueden buscar justicia en Yemen o Arabia Saudita”, consideró Roth en ese comunicado.
La organización explicó que tomó en cuenta que la Constitución argentina reconoce la jurisdicción universal para los crímenes de lesa humanidad, es decir, que puede investigarlos más allá del lugar donde hayan ocurrido y de la nacionalidad de las víctimas y de los presuntos victimarios.
Arabia Saudita se enfrenta a duras críticas internacionales por el asesinato de Khashoggi, quien era columnista de The Washington Post y crítico de Riad.
MBS, como se lo conoce, es el primer líder en llegar al país y lo hizo junto a su comitiva al aeropuerto internacional de Ezeiza a bordo de un Boeing 747-400 de la flota oficial del gobierno saudita.
A comienzos de esta semana un Boeing 777 de la aerolínea estatal saudita Saudia ya había aterrizado en Argentina, presuntamente con miembros de la delegación o carga logística requerida.
Se espera que el príncipe heredero se hospede en la embajada de Arabia Saudita en Buenos Aires, que en los últimos días comenzó a ser refaccionada para tal fin, incluyendo la colocación de vidrios blindados.
MBS, de 33 años, representará a su padre, el rey Salman bin Abdulaziz, en la cumbre del G20. Además de heredero al trono, es también ministro de Defensa de Arabia Saudita.
En 2017 fue designado sucesor del trono en Riad por su padre, superando a muchos de sus tíos y otros príncipes, y desde entonces ha encarado una agenda de reformas en el ultraconservador reino wahabita.
Es cuestionado por la intervención armada de Arabia Saudita en Yemen y por la desaparición del periodista Jamal Kashoggi
Ciudad blindada
Despliegue de unos 24.000 agentes de seguridad, zonas vedadas incluso al tránsito peatonal, interrupción total del sistema de metro y de trenes, Buenos Aires luce como una ciudad blindada y con los nervios de punta ante la inminente llegada de los líderes del G20.
Agentes y aeronaves –
Argentina movilizará a 22.000 agentes y las delegaciones extranjeras traerán otros 2.000 durante la cumbre a la que asisten estos viernes y sábado los presidentes de Estados Unidos, Donald Trump, de Rusia, Vladimir Putin, y de China, Xi Jinping, entre otros, según la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
La delegación estadounidense trae a unos 800 efectivos a Buenos Aires, pero además ha sido autorizada a ingresar en Uruguay, en la otra margen del Río de la Plata, ocho aviones de la Fuerza Aérea, con tripulación civil y militar.
La prensa argentina especula incluso con la llegada de un portaaviones.
Las autoridades estiman la participación en la cumbre de unas 15.000 personas, de las cuales 3.000 periodistas.
Zonas vedadas –
En Buenos Aires, una ciudad de 3 millones de habitantes y 200 km cuadrados, se definieron seis zonas con distintos grados de restricciones de seguridad.
El área donde se desarrollará el G20, Costa Salguero, una zona prácticamente deshabitada a orillas del Río de la Plata, estará vedada al tránsito de automóviles y peatones, así como de naves y aeronaves, con una zona de exclusión total del espacio aéreo.
El aeropuerto Aeroparque, cercano al lugar de la cumbre, estará cerrado. También el de Palomar, ubicado a las afueras de Buenos Aires. Solo funcionará el internacional de Ezeiza, en el sur. Asimismo, el Puerto de Buenos Aires permanecerá cerrado el viernes y el sábado.
Los otros espacios de restricción absoluta se ubican en los alrededores del Teatro Colón, en el centro de la ciudad, donde el viernes será la cena de gala para los dignatarios, y cerca del Centro Cultural Kirchner, también en el casco histórico y donde el sábado se reunirán el presidente argentino Mauricio Macri y el primer ministro japonés Shinzo Abe.
– Equipamiento ‘made in China’ –
Para garantizar la seguridad de la cumbre, China realizó una donación de equipos de seguridad que posteriormente le quedarán a las fuerzas policiales argentina.
El equipamiento consiste en 30 motocicletas de custodia presidencial, dos camiones de despliegue rápido de vallas antidisturbios y cuatro camionetas blindadas de intervención rápida.
La lista incluye además 87 detectores de explosivos y drogas y 40 trajes de protección antiexplosivos, entre otros materiales.
Feriado y manifestaciones –
Para limitar los desplazamientos de los habitantes, el viernes 30 fue decretado como día feriado no laborable en la capital argentina.
Ese mismo día, movimientos sociales argentinos han convocado a una manifestación de rechazo al encuentro.
“La idea que nosotros tenemos es que ésta sea una reunión pacífica, tranquila, que todo aquel que quiera manifestarse, que tenga una posición contraria a las discusiones del G20 lo haga en el marco de la paz, de la libre expresión y no en el marco de la violencia. Estamos totalmente abiertos a esa posibilidad”, señaló recientemente la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.
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