Análisis: el motivo central de la renuncia de Caputo

Las fuertes diferencias con el Fondo Monetario Internacional (FMI) respecto al rumbo de la política monetaria y al rol del Banco Central (BCRA) en medio de la corrida cambiaria, son el motivo principal de la abrupta salida de Luis Caputo al frente de la máxima autoridad monetaria.

La noticia llega en un día cargado de tensión por la contundencia del cuarto paro general durante la gestión Macri y por la expectativa respecto al discurso del mandatario en la Asamblea General de la ONU.

Las profundas diferencias entre el FMI y el ex Presidente del BCRA, comenzaron tras el primer desembolso de u$s 15.000 millones que el organismo multilateral otorgara a la Argentina en el mes de junio. De ese monto, u$s 7.500 millones correspondían al Tesoro Nacional para atender necesidades de financiamiento y pago de la deuda pública y u$s 7.500 millones eran para fortalecer la posición de Reservas del BCRA en el contexto de la corrida. Para resguardar esa configuración, el Fondo incluyó en el acuerdo una cláusula que estableció que el BCRA no debe intervenir en el mercado cambiario vendiendo Reservas para fortalecer la oferta de divisas y contener el avance de la cotización.

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Desde el principio, Caputo estuvo en desacuerdo con esa cláusula. No solo ello, sino que en estos tres meses, incumplió con ella en repetidas ocasiones, vendiendo Reservas para evitar la escalada del precio del dólar.

La última vez que sucedió, fue mientras el Ministro de Hacienda Nicolás Dujovne mantenía conversaciones con el FMI para cerrar el nuevo acuerdo que pretende el gobierno. En ese marco, el BCRA pidió autorización al organismo para vender Reservas, y la respuesta fue negativa. Caputo desobedeció, y vendió cientos de millones de dólares.

La secuencia terminó por romper no solo la relación con el FMI, sino con Dujovne, que leyó la actitud de Caputo como una traición a la propia estrategia oficial de seducción al organismo. “Prefiero pedir perdón que pedir permiso”, habría sido la respuesta del ex funcionario.

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La respuesta del FMI fue sutil pero lapidaria. “El FMI espera que Argentina tenga una política monetaria con claridad, transparencia, información adecuada y debida para los operadores del mercado y una mejor comunicación”, dijo la titular del Fondo Christine Lagarde, en una entrevista con el matutino Financial Times. Toda una definición, que tras la renuncia de Caputo hasta puede interpretarse como un pedido de salida del ex funcionario.

En la carta de renuncia, Caputo adujo “motivos personales” para justificar el final de su mandato al frente del BCRA. Pero el nombre del reemplazante, es una confirmación más de que el verdadero motivo de la salida es la relación rota con el FMI.

Quien ocupará el puesto será Guido Sandleris, quien hasta ayer se desempeñó como número dos de Nicolás Dujovne en el Ministerio de Hacienda y fue quien en todo este tiempo tuvo a su cargo las negociaciones con el FMI. Se trata por lo tanto de una señal de fortaleza política para Dujovne, y de una nueva muestra de la enorme injerencia que ya tiene el organismo en la política interna.

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Los rumores respecto a la salida de Caputo, se conocían desde la semana pasada. No es casualidad que la decisión se haya estirado hasta este martes, un día en que debido al paro no hay actividad bancaria, lo cual contribuye a morigerar el impacto de la noticia en el mercado cambiario.

Muy diferente es la interpretación política. Caputo es alguien del riñón de Cambiemos, íntimo amigo del Presidente Macri, y parte de la mesa chica de gobierno. Su salida significa un fuerte golpe interno, un precio que el Presidente deberá afrontar a fin de concretar la postergada firma del nuevo acuerdo con el Fondo.