Argentina le ganó 2-0 Venezuela, está en semifinales y ahora se viene Brasil

Venezuela significó un nuevo escalón para un equipo que se va gestando en el trayecto hacia la gloria. Argentina no viste de gala en estos tiempos y parece entender que para la refundación de los tiempos dorados, primero tiene que honrar el overol.

La selección viene jugando de menor a mayor en esta Copa América y ayer subió un nuevo peldaño ante la Vinotinto, a la que venció 2-0 en un partido donde su gran solidez fue la mayor virtud. La Albiceleste se va fortaleciendo a medida que avanza la competencia y haber recuperado la confianza quizás sea el componente más valioso del equipo para afrontar la semifinal ante Brasil, el próximo martes desde las 21:30 en Belo Horizonte.
Argentina dio un nuevo paso al frente, y no sólo en el encolumnamiento del certamen, sino también en su génesis como equipo. Va aprendiendo a trabajar los partidos, a sacrificarse e interpretar los tiempos y a sacar provecho de ellos.

“Si queremos jugar los tres de arriba, tenemos que correr…”, dijo Lionel Messi luego del partido, quien aún no se ha iluminado del todo en Brasil, aunque se ha sumado al sacrificio del equipo en la búsqueda de una idea.
El crack sorprendió a todos cantando el himno por primera vez en una previa junto al seleccionado. Quizás sea una señal más de que algo está cambiando. Argentina entendió que ya no se gana más con la camiseta y en esta clase de torneos, trabajar partido a partido es la postura acertada.

Lautaro abre el partido
Ayer en el mítico estadio Maracaná, Argentina impuso condiciones de entrada, creó tres situaciones de gol en 9 minutos y en la última, Lautaro Martínez desvió con el taco un remate del Kun Agüero, para darle la tranquilizadora ventaja a la selección.

Si bien no hubo nada que pudiera alterar el marcador por parte de ninguno de los dos equipos, Argentina fue trabajando sobre la idea de ganar solidez, y allí fue clave el aporte del neuquino Marcos Acuña por izquierda, y Rodrigo De Paul por derecha. Ambos fueron los elementos que le dieron equilibrio al equipo e impidieron que el rival progrese por las bandas.
Al comenzar el ST, Martínez tuvo el segundo luego de una gran habilitación de Leandro Paredes, pero su remate dio en el palo izquierdo. Lautaro ha sido, el principal factor de desequilibrio del equipo.
El ingreso de Yeferson Soteldo le dio a Venezuela otra frescura, provocó el retraso argentino y volvió a exponer a Foyth en cada mano a mano con Machís.

Scaloni buscó verticalidad con Ángel Di María, quien ingresó por Lautaro. Los fantasmas que había provocado el mismo cambio ante Paraguay, sobrevolaron en Rio de Janeiro pero el Fideo, en su partido número 100, encaró su juego por la banda derecha donde la opción de la diagonal, le da mayor peligrosidad.
Luego entró Lo Celso por el Huevo Acuña, para una mayor tenencia cuando la iniciativa del juego era toda del rival. Es que promediado la etapa final, fue el peor momento de Argentina en el partido. El Armani de River que tantas veces se reclama en la selección, apareció a los 25’ para bloquear un remate Ronald Hernández de mucha peligrosidad por su posición dentro del área.
Se insinuaba un final con mucho apremio para Argentina pero 4’ más tarde llegó el segundo por una gentileza de Fariñez, que no retuvo un remate de Agüero sin demasiada complicación y le sirvió el festejo a Lo Celso.

Entonces, el partido en el Maracaná se consumió con relativa tranquilidad porque si bien Venezuela mantuvo la intensidad, no encontró la claridad necesaria para poner en riesgo la victoria albiceleste.
Ahora se viene Brasil, en el partido que todos esperan. El proceso de Argentina sigue su curso y quizás su punto máximo de maduración como equipo sea el día que se juegue el mayor clásico del fútbol mundial.