Apostar a la reactivación
La actividad comercial es el espejo de una ciudad. Un simple recorrido por la capital rionegrina advierte una circulación comercial prácticamente nula. Muchos negocios reducidos a su mínima expresión, locales desocupados con carteles de alquiler que sostienen más tela de araña que esperanzas de ser retirados, comercios sólo atendidos por sus dueños y poca gente que recorre vidrieras. Muchos ingresan, preguntan precios y muy pocos compran. Las tarjetas están suspendidas, los tickets no son recibidos porque los proveedores no los aceptan y efectivo no hay. Entonces la ecuación es simple.
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