Aniversario de Allen: Néstor Tort, el baterista que hizo historia en la región

Todo amante del rock en Allen conoció o ha escuchado sobre Néstor Tort, un gran baterista que dejó un legado artístico importante para la ciudad. El maestro integró bandas en los ’80 y ’90 y formo a niños, adolescentes y adultos en la percusión. Su fallecimiento el 3 de mayo del año pasado fue muy doloroso para los allenses y los músicos de la región.

El artista integró en los años ’80 la banda Stylo, un grupo en el que tocaban populares para bailes y rock en recitales.
También Ostentum que se dedicaba a rock elaborado con más influencias de jazz rock. Incluso varias de sus grabaciones fueron transmitidas en Canal 7 de Neuquén.

Néstor solía visitar la tienda de música de su amigo Roque Amado con el cual también formó el grupo Fénix en los ’90. “Cuando venía a mi local de música nos poníamos a tocar. Yo tengo instrumentos para niños, baterías, se sentaba y las afinaba y las tocaba, nos reíamos y nos acordábamos de esos tiempos”, contó sonriendo Roque.

La última presentación del baterista de Allen fue en febrero de 2020, antes de que se declarara la cuarentena del coronavirus. Otro artista de mucha trayectoria en Allen, Julio Garrido los invitó a dar un concierto con el grupo Perfectos Extraños que realizaban covers de rock nacional e internacional como The Police. Allí tocó Roque con su guitarra junto a su amigo Néstor.

Cuando recuerda los ’80 y ’90 Roque se emociona. Contó que Néstor comenzó de adolescente integrando una orquesta familiar, su madre en el teclado y su padre en el saxo. En la imprenta que había heredado de su padre Julio estaba escribiendo su recorrido por la música. Con los años el rock nacional pudo más y formó el grupo Stylo que tocaba temas de Luis Alberto Spinetta.

Cerca de 1982 Roque comenzó a relacionarse con Néstor y no se perdía sus recitales. El dueño de la casa de música también tenía su banda llamada Los Radios. Años más tarde ambos formaron el grupo Fénix. “Tocábamos unos 90 temas en la noche, de cumbia hasta tango, estuvimos varios años en los bailes en Allen, en Choele Choel, todos los sábados cuando se hacían los bailes en los salones con bandas en vivo”, recordó.

Néstor era muy ingenioso, incluso modificaba los waffles para que sonaran mejor. “Hacíamos de todo para que se escuchara un buen sonido. Néstor le metía carpintería a los waffles, los modificaba, hacía las conexiones positivo negativo”, contó Roque. A la batería le había fabricado su propio estuche que se lo había visto a un carpintero. “Aprendía en forma constante, era de esos que tienen voluntad de evolucionar y seguir avanzando”, describió.

Cuando ensayaban Néstor solía detener la práctica. “Para, para… ahí te falta una nota”, decía. “Poníamos un disco o casette y sacábamos los temas a oído, no teníamos las herramientas de ahora. Pero él decía que faltaba una nota y era cierto, lo descubría, como músico tenía un oído magnifico”, señaló. “Fuimos amigos de la música, compartimos grandes momentos, él le sacaba fotos a todo, tenía una memoria extraordinaria”, expresó Roque.

El tiempo pasa pero la herencia que dejó Néstor al rock en Allen y la región es imborrable.