Cambio de conducta repentina en perros

Cada animal es un ser único e irrepetible como individuo, por lo tanto, el cambio repentino del comportamiento en un perro puede darse por infinitas razones y circunstancias de su entorno de la vida cotidiana. Por esta razón, el educador canino roquense Javier Campbell asegura que, si bien no existe una forma universal para tratar ciertos cambios de conducta, porque dependerá de cada perro, los tres motivos más frecuentes que llevan a desarrollar dichos cambios en el animal son el miedo, el dolor y la llegada de un nuevo integrante familiar.

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Miedo: las infinitas “situaciones” por las que un perro puede temer, la más común es por causa de las personas. También por situaciones u objetos provocando un cambio inmediato en el comportamiento. “No es difícil darse cuenta, el lenguaje corporal es muy evidente, mostrar los dientes, gruñir entre las señales de agresión y defensa, también el intentar huir o esconderse son señales de temor”, indica el experto y la “forma más sencilla es no exponer al perro al estímulo que desencadena esta reacción”.

Dolor: este factor es muy común y las variantes pueden ser muy diversas, los cambios de comportamiento más frecuentes suceden por causas como agresión intrafamiliar, disminución en las motivaciones. “No quiere jugar o salir y hace sus necesidades en lugares no frecuentes”, señala Campbell y la forma de ayudar a nuestro integrante es llevarlo al veterinario de confianza”.

Nuevo integrante familiar: sea humano o animal, la presencia de un nuevo habitante en nuestro hogar puede ser el desencadenante para el cambio de conducta en el perro. “Se ponen muy demandantes, protectores e intenso a la hora de convivir, no se descartar que también reaccione de forma agresiva hacia el nuevo integrante”, afirma. ¿Como lo puedo ayudar a que no tenga estos cambios? El proceso de socialización es fundamental, asegura el profesional y la habituación del recién llegado debe ser muy progresiva. Por último, pero no menos importante es “no dejar de lado al perro” porque suele pasar que el nuevo integrante se lleve toda la atención, culminó Campbell.

Qué hacer
ante el miedo

-Evitar exponer a nuestro amigo al estímulo que desencadena esa reacción.
-Si es inevitable la exposición tratar de positivizar el momento, dale algo rico o divertido cuando aparezca el estímulo.
-No ser invasivo y no forzar al animal a enfrentarse al estímulo. Ser paciente y progresivo, los resultados no son inmediatos.
-Intentar que se acerque solo y que intente vencer el miedo.

Qué hacer
ante el dolor

-Llevarlo de inmediato al veterinario de confianza.

-Ser cauteloso con la manipulación, porque el animal puede asociar el dolor con la persona que lo toca y pasado el dolor “puede reaccionar” al tocar nuevamente la zona afectada.

Qué hacer
ante un nuevo familiar

-El proceso de socialización es fundamental y son muchas las posibilidades de que nuestro amigo acepte al nuevo integrante de forma natural.
-La habituación del recién llegado debe ser progresiva, debemos tener en cuenta la distancia y evaluar cómo se comporta el perro.
-De a poco achicar distancias y tiempo de exposición al estímulo.
-Evitar el cambio de rutina, porque la estabilidad emocional es vital y no cambiar conductas.
-No dejar de lado al perro y poner en segundo plano porque hará lo posible para recuperar su antiguo lugar.