Análisis: manotazos de apuro ante una rebelión inaceptable
Hay una responsabilidad política y de las jerarquías policiales en no haber dimensionado, advertido y actuado a tiempo ante el mal clima que escalaba en las filas uniformadas, de motivación salarial visible, pero con más componentes que le agregan complejidad al conflicto y que la pandemia potencia:
• Estaba claro que no había presupuesto posible que pudiera dar respuestas al volumen de una fuerza duplicada hace siete años por demandas de seguridad.
• Los adicionales con los cuales los policías maquillan su salario tuvieron -en esta crisis del virus- recortes al ritmo de los cierres y suspensiones en la actividad privada.
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