Análisis de las PASO en Río Negro: confirmaciones y enmiendas
El recuento de anoche ya tiene certezas. La asistencia fue menor. No llegó al 68%. Cinco puntos menos que las PASO del 2017. Son unos 30 mil rionegrinos que no fueron a votar.
La derrota del Frente de Todos fue nacional y en Río Negro, en esta ocasión, no pudo retener ni aquella “base” del 30%. En la anterior compulsa de medio turno alcanzó un 40%. En otro adverso plano nacional, el del 2015, rondó el 39%. Ayer no llegó al 25%. En noviembre, con estos números, el FdT no alcanzaría ni un diputado y en consecuencia, perdería una banca. Dura derrota, con impacto directo en el senador Martín Doñate.
JSRN ratificó predominio electoral, que extendió al escenario federal. Lo hizo en su tercera incursión, luego de que debutara hace cuatro años cuando abandonó, después de un pobre 18%.
Gran triunfo oficial, con casi el 35%. Es un resultado diseñado por Alberto Weretilneck, que se adueñó del proceso, apartando a la gobernadora Arabela Carreras. Renovó y actualizó lazos locales, con ajustes en el engranaje político y estatal. Todo un alistamiento.
No hubo fiesta plena. La derrota de Cipolletti no estaba -últimamente- en los planes, pues se creía que se habían revertido los iniciales desalentadores datos. No fue así. Aníbal Tortoriello creció más de 2.500 votos de su caudal municipal del 2019 (17.200 votos) y Juntos perdió casi 2.000.
Mucho significa este revés para el exgobernador. El exintendente cipoleño lo aventaja y cuestiona su territorio de poder. Además, desde Cipolletti, Tortoriello hace pie para su pretensión gubernamental del 2023, propósito que nunca niega. Su lista en Río Negro ronda el 18% pero Juntos por el Cambio -con las dos boletas de la UCR- superaba el 27%. ¿Cuánto de ese caudal podrá sostener el cipoleño en noviembre? Es su desafío personal. Weretilneck intentará que eso no ocurra, pues se enfocará en la captación de los radicales.
El festejo, aún a medias, servirá para aquietar enfados y conservar -por lo menos, hasta concluir esta etapa- esta convivencia forzada entre la gobernadora Arabela Carreras y Weretilneck. La campaña no los acercó. Ella no tuvo el espacio pretendido, tampoco lo forzó. Prefirió ayer estar en Viedma, con la candidata Mercedes Ibero, su único anclaje con la victoria.
Anoche ya se sumaban conjeturas para noviembre. Se sabe sí que estarán las seis fuerzas originales. Las tres de izquierdas -PS, MAS y el FIT- cumplieron sus objetivos iniciales: pasar a las generales. Ellos, también, tienen una parte para celebrar.
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