Ana Ros, modelo inspirador de la gastronomía mundial

Las razones por las cuales esta eslovena es la mejor chef femenina del mundo.

Ana Ros, modelo inspirador de la gastronomía mundial

Las razones por las cuales esta eslovena es la mejor chef femenina del mundo.

Su precisión, atención a los detalles e imaginación la distinguen como una verdadera líder de la gastronomía mundial.

Asimismo, su pasión por los ingredientes locales, su dedicación a las personas más desprotegidas y su compromiso para hacer crecer las artes culinarias en su natal Eslovenia la han convertido en un modelo inspirador.

No hay hoy joven que quiera dedicarse a la cocina que no piense en Ana Ros, que llegó al negocio gastronómico casi por casualidad para 20 años después, lograr uno de los premios más codiciados. Ella fue nombrada la mejor chef de 2017 en el conteo de The Wold’s Best 50 Restaurants.

Ana es la jefa de la cocina de Hiša Franko, un establecimiento del Valle de Soča, y puso a Eslovenia en el mapa culinario.

Ros es hija de un médico y una periodista y, aunque la familia de su madre está llena de diplomáticos, sus estudios de relaciones internacionales quedaron en suspenso de manera indefinida cuando conoció y se casó con su marido, Valter, y se hizo cargo del restaurante de su familia política.

Unos 20 años después, Ros hizo su propio camino al incorporar al menú platos con ingredientes locales que dieron origen a una cadena de abastecimiento conocida como “kilómetro cero” (por la distancia entre el huerto y la cocina) que incluye a 60 proveedores y reactivó las tradiciones culinarias.

Con la independencia de Eslovenia, que fue en 1991 durante la disolución del Yugoslavia, Ros y los demás habitantes se encontraron con un nuevo escenario. “Nos despertamos después de una largo sistema socialista y comunista donde todo era igual. No había espacio para ser creativo en la cocina porque nadie tenía interés por comer algo diferente”, explicó la chef.

Hoy, el menú de Hiša Franko incluye platos como ravioles de lúpulo con seso de cabrito. “La gente todavía ve a Eslovenia como una pequeña provincia del Imperio Austrohúngaro, y a veces recibimos clientes que llegaron con la idea de que no puede haber buena comida”, explicó Ros.

Pero la chef se hizo popular también gracias a un documental de Netflix que fue estrenado en 2016, y desde entonces sus clientes están más al tanto de lo que pueden esperar. “Tienen curiosidad, y eso me dio la libertad de ser creativa. Cuanto más creativa soy, más feliz está la gente”, aseguró la chef en una entrevista a propósito de su flamante título.

Autodidacta, e influenciada por las cocinas de países vecinos al suyo, como Austria, Croacia o Hungría, tata de poner al día elaboraciones clásicas de su entorno. El restaurante se encuentra en una confortable casa en el valle de Soca, a penas tres kilómetros de la frontera con Italia.

Por todo esto es que Ana inspira de modo positivo a cientos de jóvenes en todo el mundo.


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