Alianza estratégica con Chile

Daniel Baum

** Exdiputado provincial neuquino, exdiputado nacional, exsenador nacional y exconvencional Nacional Constituyente.

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Sería lamentable que la integración con Chile quedara en el mero plano declarativo y que todo siga igual en la política exterior.


La República Argentina comparte con la hermana República de Chile 5.308 km de frontera, la tercera más larga del mundo. También debe destacarse que 11 provincias argentinas limitan con 12 regiones chilenas y que todas han avanzado en los últimos 20 años en obras de integración física que van mejorando la conectividad entre ambos países.

Chile ha logrado potenciar su comercio internacional a través de distintas medidas económicas; entre las más importantes vale mencionar: mantiene estable su macroeconomía; el comercio exterior fue y es una política de Estado; institucionalizó en el Ministerio de Relaciones Internacionales, un ente autónomo para promover sus exportaciones como ProChile; aprobó una ley de lobby para reglamentar el funcionamiento de ProChile; firmó tratados de Libre Comercio con los países más importantes del mundo; conquistó mercados de los más diversos alcanzando un gran prestigio como país y un alto reconocimiento de calidad a sus productos exportados.

Todo esto sería solo retórica si estas medidas que fueron respetadas y continuadas por los todos los gobiernos que tuvo Chile en los últimos 20 años no hubieran alcanzado números que resultan realmente envidiables. En el año 2000 la exportaciones de Chile ascendieron a 20.799 millones de dólares y pasaron en 2020 a 79.803 millones de dólares en concepto de exportaciones totales (79.485 por bienes y 6.318 por servicios), es decir que solo en 20 años con gobiernos de distintos signos políticos Chile pudo cuadruplicar sus exportaciones.

En el mismo período, Argentina solo duplicó sus exportaciones, pasó de 26.341 millones de dólares a 54.881 millones.

Una de las causas de por qué se produjo esta gran diferencia estuvo en mirar muy poco al Pacífico e ignorar todo lo que podrían hacer ambos países si decidieran salir juntos al mundo. Nunca se intentó siquiera desarrollar un plan conjunto entre Argentina y Chile para potenciar el crecimiento de sus respectivas exportaciones sabiendo que existe una gran cantidad de productos y servicios que pueden complementarse, dado que Chile está en condiciones de aportar: mercados ya conquistados, conocimientos y servicios, puertos en el Pacífico, crédito internacional y Argentina podría sumar escalas y volúmenes de innumerables productos para abastecer juntos mercados como China, India y el sureste asiático.

Lamentablemente lo que ha venido ocurriendo, particularmente en los últimos tiempos, fue poner el acento en cuestiones ideológicas antes que priorizar la atención de aquellos proyectos que podrían mejorar ostensiblemente nuestras economías y lograr una mejor calidad de vida de quienes habitamos a ambos lados de la cordillera.

Al finalizar la primera vuelta electoral en Chile nuestro embajador Rafael Bielsa disparó contra el candidato de la derecha José Antonio Kast diciendo: “Si uno toma como elemento de juicio las manifestaciones públicas, Kast ha exhibido su anti-argentinismo como una etiqueta más de las frases que pronuncia. Desde decirnos que hemos robado históricamente territorios, que tenemos que dejar de robar territorios a Chile, hasta todo tipo de expresión xenófoba contra los argentinos, que yo las tengo archivadas, registradas, leídas y estudiadas.”

José Antonio Kast no se hizo esperar y espetó: “Un Estado de Bienestar tiene beneficiarios, que son las personas. El Estado está al servicio de las personas y nos las personas al servicio del Estado. En muchos países de Latinoamérica, eso no es así. Tenemos Estados gigantes, que se dicen benefactores, pero tienen a su gente en la miseria y pobreza. Si comparamos con Argentina, claramente están en una situación de pobreza que uno no se podría imaginar. Eso es porque tienen mal gobierno”.

Estas declaraciones imprudentes de nuestro Embajador generaron, como era de esperar, declaraciones en los más diversos sentidos, desembocando en una confrontación gratuita que no correspondía que ocurriera.

Al ser designado Embajador en Chile Rafael Bielsa adquirió el status de representante oficial de la República Argentina ante dicho país. Por lo tanto, una vez puesto en funciones , sus actos y declaraciones representan al país y no a su persona. Al inmiscuirse en las elecciones generales de Chile tomando partido en contra de uno de los candidatos a Presidente, no hace otra cosa que involucrar oficialmente a la República Argentina en su conjunto, es decir a todos nosotros.

La Carta de las Naciones Unidas establece la obligación de los Estados de respetar el principio de no injerencia en los asuntos internos de otro país. El principio de No Intervención de un Estado en los asuntos internos de otro, tiene como fin fortalecer, en el Derecho Público Internacional, la Independencia de las Naciones y el Derecho a la Autodeterminación de los Pueblos.

Por suerte para Bielsa triunfó el candidato de la izquierda Gabriel Boric lo que facilitará su continuidad al frente de la Embajada. Sin embargo, poniendo el acento solo en lo ideológico difícilmente podamos cambiar de manera sustancial el rol que ambos países han venido desempeñando hasta ahora en su política binacional.

Ya hace algún tiempo algunos gurúes de la economía mundial vienen pronosticando una nueva ola de altos ingresos (dólares) para Argentina, al afirmar que subirán considerablemente en los próximos años los precios de los commodities (soja, maíz, trigo, petróleo, gas, etc.). Nuevas oportunidades y más crecimiento para el país si se lograran, no solo mayores volúmenes de sus exportaciones, sino fundamentalmente mayores inserciones en distintos mercados del mundo construyendo nuevas alianzas comerciales que puedan darle más valor agregado a muchos de sus commodities si se industrializan en origen.

Los 15 países del sureste asiático y del Pacífico suscribieron un acuerdo de Asociación Económica Integral Regional (RCEP) que entrará en vigencia el 1º de enero de 2022. A partir de este Acuerdo, estos países del sureste asiático se transforman, según las Naciones Unidas (ONU), en un nuevo eje económico a nivel global. Ya actualmente el eje Asia-Pacífico representa más del 60 % del comercio mundial.

Sería lamentable que la integración con Chile quedara en el mero plano declarativo y que todo siga igual en la política exterior entre Argentina y Chile. Si fuera así, continuaremos manteniendo una relación binacional cargada de formalidades diplomáticas, pero vacía de hechos tendientes a consolidar una alianza estratégica que nos permita salir juntos al mundo para conquistar más mercados y más beneficios.

Es por ello que una alianza estratégica en el comercio internacional entre Argentina y Chile sería el camino lógico que debiéramos recorrer, pero hoy parece una utopía inalcanzable muy lejos de convertirse en realidad.

Es difícil que solo con afinidad ideológica podamos cambiar el destino gris que tiene hoy la política binacional entre ambos países, necesitamos entender que para Chile las relaciones internacionales son una política de estado si efectivamente quisiéramos construir un alianza estratégica aprovechando la elección de Gabriel Boric como presidente.

* Exdiputado provincial neuquino, exdiputado nacional, exsenador nacional y exconvencional Nacional Constituyente.


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