Alem, Mitre y los nuevos chicos del barrio
La llegada de Roca al poder en 1880 no fue sin conflictos, más allá del credo de Paz y Administración que el tucumano se propuso desplegar a lo largo y ancho de la joven nación. El tercer presidente consecutivo del interior, amén de sus palmares desérticos, no era bien visto por los porteños (acaso nunca lo fue del todo). La federalización de la ciudad de Buenos Aires y el tentador puerto recrudeció el conflicto primigenio de las provincias unidas que terminó en un crudo enfrentamiento. De este, se sabe, salió victoriosa la coalición del interior, acabando con décadas de guerra civil. La Pax Roquista sería, sin embargo, más frágil de lo que parecía en octubre del 80.
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