Lopecito, un entrenador de boxeo venido a menos, a punto de llevar al Bicho González a su despedida y morada definitiva en el viejo Club Sportivo Almafuerte.
Pero antes, la confesión inevitable, un desahogo tóxico y melancólico, un grito de ahogado en medio de la noche.
«Se despide el campeón» bordea un triángulo amoroso, un encendido drama pasional, una tragedia de submundo con una crisis de identidad, en cuyo personaje protagónico, se visualiza la máscara enfrascada de una sociedad prejuiciosa y arbitraria que reprime con facilidad lo que se sale de norma.