Afganistán y el feminismo
Muy interesantes han sido las consideraciones y conclusiones de la Dra. Mabel Bianco publicadas por “Río Negro” el día jueves 26 de agosto en la página 17.
Pero lo hizo a título personal, es decir, sin representar a grupo u organización alguna. Y esto me hizo pensar en por qué ni las chicas de la Revuelta o de cualquier otro grupo movilizado de activistas del feminismo ha hecho ni la mínima mención a la catastrófica situación de todas las mujeres y niñas que padecen bajo el dominio de los talibanes de Alganistán.
¿Acaso no son también mujeres?
Recuerdo las ardorosas manifestaciones en todo el país, cuando las luchas con el pañuelo verde movilizaron a todo el pueblo para apoyar los diferentes derechos de la mujer. Y ahora, tanto silencio.
Cuesta creer que las mujeres, y sólo por el mero hecho de ser mujeres, no puedan manejar un coche, que no puedan salir a la calle sin la obligatoria compañía de un varón de su familia, que no puedan siquiera hablar en la calle, que deban vestir de negro totalmente tapadas con una burka, que el sólo hecho de dejar ver un talón o parte de una pierna les valga un castigo a latigazos en la vía pública, que no puedan aparecer en televisión, que no puedan estudiar ni ser atendidas médicamente por un varón, sabiendo que las médicas mujeres son prácticamente inexistentes.
También me llamó la atención el silencio absoluto de los diferentes grupos y organizaciones de la comunidad LGTB, ante el incomprensible hecho de que la homosexualidad sea castigada con la pena de muerte.
He fantaseado con la posibilidad de que las más importantes dirigentes del movimiento feminista pudieran hacer una pasantía de una semana en Afganistán, para organizar y dirigir grupos feministas.
Porque en comparación con lo comentado, hacer feminismo en Argentina es como cazar en el zoológico.
Eduardo Ghigliani
DNI 4.362.407
Neuquén
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