Adiós tabú: ellas reparan motores y circuitos eléctricos

“Dicen que es un oficio de hombres, pero ‘dicen’. Yo cuando arranqué no sabía identificar las partes de un motor, pero siempre me llamó la atención la mecánica y ahora estoy terminando el curso”. Rocío López (26) es la única mujer en el grupo de egresados del taller de mecánica automotor 2018, de la Escuela de Oficios Ex-Alumnos de Don Bosco.

Con una sonrisa y gran actitud hacía sonar el motor. El ruido resonaba en el galpón del establecimiento ubicado en la zona norte de Roca, y era un imán para quienes visitaban esa noche la exposición de cierre de año lectivo. Rocío atendía al motor fascinada de concretar su sueño de capacitarse en el oficio.

“Cuando llegué se sorprendieron porque eran todos hombres, pero fueron muy buenos compañeros todos. Para el año que viene voy a seguir capacitándome sobre electricidad del automotor y con los demás cursos relacionados que pueda hacer”, anticipó la joven, que es mamá de una nena de 3 años y trabaja de maestranza en la policía.

“Al tener esta capacitación puedo pedir pasarme a esa área en la misma policía”, comentó Rocío.

Jaime Ulloa es el director de la institución y destacó el cambio interno en la escuela, que hace tiempo no acota la admisión de estudiantes al género. Al momento de las inscripciones todos los interesados pueden elegir el taller que les interesa, y van a sorteo para conseguir el lugar de cursado.

Las mujeres copan el curso de corte y confección, y son numerosas en el de peluquería. Poco a poco empiezan a sumarse a otras propuestas de capacitación en donde hace años el acceso era restrictivo para hombres.

Como Rocío, hay una mujer entre los 13 varones que completaron el curso de plomería y gas. Y también las tres que terminaron con éxito el primer año de electricidad domiciliaria y continuarán en el 2019 con la industrial.

Laura Chagumil (34) es una de ellas. A principio de año, cuando se anotó y empezaron las clases, sintió que la subestimaban por ser mujer en un curso tradicionalmente copado por hombres.

Sus primeras experiencias de campo confirman que el prejuicio se va dejando de lado en la calle, cuando los clientes las convocan. “Te buscan por ser mujer, porque somos más detallistas, prolijas, eso nos dicen”, destacó.

“Soy mamá soltera y me cuesta pagarle a alguien que me haga los trabajos. Antes hice carpintería y armé todos los muebles para mi casa”.

La escuela hace tiempo no acota la admisión de estudiantes al género. Las mujeres hacen corte y confección, aprenden peluquería, pero también se integran a otras propuestas de capacitación.

Un deseo para el 2019: ampliar la escuela

Tal como se realiza cada año, en los primeros días de diciembre la Escuela de Oficios Ex-Alumnos de Don Bosco abrió sus puertas a la comunidad para exhibir sus trabajos.

Un total de 300 estudiantes, de los cuales 173 egresaron éste año, conforman la matricula de la escuela que se dedica a dictar capacitaciones con una gran inserción laboral. Además, funciona en el centro una Escuela de Adultos.

“Tuvimos 718 inscriptos para ingresar a principio de año y fueron a sorteo porque había lugar para menos de la mitad”, indicó el director, Jaime Ulloa, quién remarcó la importancia social y educativa de la escuela que conduce.

“Nuestro objetivo para el año que viene sería poder abrir dos secciones más para poder concentrar acá todos los cursos, porque todavía tenemos peluquería y corte y confección funcionando en otro espacio y pertenecen a ésta escuela”, explicó.

“Tenemos un aula de inyección electrónica armada y no designan a un docente. Tenemos un solo portero para todo el edificio. Lo que pasa es que somos considerados escuela de segunda categoría, ya que sólo se considera n las secciones de la Escuela de Adultos”.

El perfil de los asistentes es diverso: tienen entre 16 y 78 años. Son en su mayoría egresados de escuelas técnicas y otros de escuelas salesianas.

Una estadística respalda su gran aporte: hace 12 años que se mantiene la cifra de egresados en un promedio de 170, profesionales que al culminar los talleres suman una herramienta de trabajo en oficios con amplia demanda en el mercado.

Hay talleres desde electricidad del automotor, hasta la domiciliaria e industrial, mecánica, soldadura, gas, plomería, carpintería, tapicería, auxiliar contable, peluquería y corte y confección, cuyas cursadas se extienden entre uno y dos años.

Incluso, a través de un convenio con la Unidad de Empleo del municipio (USEP) los egresados forman parte de una base de datos para futuras búsquedas laborales.

En números

Una estadística respalda su gran aporte educativo y social: hace 12 años que se mantiene la cifra de egresados en un promedio de 170 personas.