Adanil, un trabajo en equipo con manos solidarias
Con una trayectoria de más de 60 años, esta organización no gubernamental sigue siendo referencia ineludible en la rehabilitación para pacientes de todo el Alto Valle. ¿Cómo surgió el proyecto? ¿En qué situación se encuentra hoy la institución?
El trabajo que realiza Adanil, la organización no gubernamental destinada a la atención de personas con capacidades motrices y neurológicas sin recursos económicos, es impecable e indiscutible. Así es desde que comenzó, allá por el año 1960, como consecuencia de la epidemia de poliomielitis de 1956.
Su actual presidenta, la contadora Marcia Guevara -hija de la principal fundadora, Rina Marzia Cantarelli de Guevara- retomó el proyecto de ampliación de obras, después de un año y medio de restricciones. Así busca cumplir con su tan anhelado sueño de edificación. ¿De qué consta el proyecto? En principio, de una pileta natatoria, para poder cumplir con tratamientos complementarios de hidroterapia para los pacientes.
Cuando mencionamos el compromiso con la gente, también nos referimos a la calidez humana que prevalece en cada integrante que conforma la institución, algo que se extiende más allá del profesionalismo y la tarea que realiza cada uno. Si bien la empatía siempre fue -y sigue siendo- el eje de la institución en cada acción, el buen trabajo en equipo beneficia a los pacientes. Desde el momento de la admisión, la persona asistida cuenta con la contención necesaria e indispensable para la derivación al área correspondiente.
También se debe reconocer el verdadero trabajo solidario que realiza el plantel a la hora de llevar adelante obras de teatro, fiestas infantiles y actos de entretenimiento, algo que muchos extrañan por las restricciones. Ofrecer diversión a niños y adolescentes implica varias horas de voluntad, dedicación y también amor, más allá de la profesión y la gente que se acerca a extender una mano en fechas claves de festejos. Así ocurría, por ejemplo, en otra época de la institución con la tradicional “fiesta del globo”, el deleite de todos los niños en aquellos años.
Esta ONG es también uno de los centros de rehabilitación integral más importantes de Roca. Desde 1998 es una institución mixta, financiada por la Asociación Civil Adanil y el Ministerio de Salud de la provincia de Río Negro, denominada “Área Programa Adanil” y actualmente bajo la dirección de Nora Kasinsky.
El Área Programa lo integran profesionales y personal de excelencia para cumplir tal labor, formando un comprometido equipo de trabajo. Está compuesta por 12 Licenciados en Kinesiología, 2 Licenciados en Fonoaudiología, 1 Terapista Ocupacional, 3 Psicólogos, 1 Licenciado en Servicio Social, 1 Profesor de Educación Física, 5 administrativos, 2 de servicios de maestranzas, 1 chofer y 3 mucamas.
“Primero somos salud pública” aclara Kasinsky, refiriéndose a la política de trabajo. Dependiendo del diagnóstico es el ingreso del paciente y su prioridad: post quirúrgico, accidente o ACV, entre otros. Luego se evalúa con Servicio Social, para ver las condiciones de cada paciente respecto a sus recursos y posibilidades de traslado para el tratamiento. La institución también recibe pacientes derivados de sanatorios, o privados con obra social. Para Kasinsky, la optimización de los recursos es fundamental, y es algo que se complementa con la organización.
Desde la salud pública, el control de niño prematuro es, hace más de 20 años y en forma conjunta con el hospital de Roca, otra de las tantas actividades. Neonatólogos, pediatras, enfermeros del área de Neo y el personal de Adanil (kinesiólogos, psicólogas, trabajadoras sociales, fonoaudiólogas y terapista ocupacional)… “se trabaja por el niño en un todo, abarcando distintas evaluaciones que permiten visualizar el avance del paciente”, explicó José Luis Lucero, Licenciado en Kinesiología y jefe de profesionales de la institución. Y agregó que “el niño prematuro puede quedar con secuelas o no, de acuerdo a la edad se va controlando su evolución. En caso de no presentar secuelas, seguirá con control sano”.
Según el profesional, la tarea se realiza de forma conjunta en recién nacidos. Si lo necesitan, y cuentan con un diagnóstico neurológico, entran al servicio de Neuropediatría Infantil, hasta los 3 años. De allí en adelante, ante alguna dificultad o secuela, pasa a la atención hasta la adolescencia. Y cumplido esto, si aún sigue con secuelas, pasa al profesional especializado en adultos. “Vemos pacientes desde niños hasta que son adultos” contó Kasinsky, refiriéndose a la actividad que realizan desde la Estimulación Temprana y Terapia Ocupacional.
En Adanil también se atienden interconsultas de pediatras o neurólogos con fonoaudiólogos por distintos trastornos y estudios de audiometría. “Los dos grandes pilares que maneja el Área Programa es en pacientes niños y adultos, la parte neurológica y traumatológica”, explicó Lucero a Río Negro. Además, hizo hincapié en aquellos pacientes neurológicos que, según el seguimiento, se define la necesidad de otros tratamientos como la atención psicológica. Lucero, además, es especialista en amputados y cuenta con pacientes de Regina, Huergo y hasta de Cipolletti. La institución abarca la atención a pacientes de Cervantes, Regina, Ingeniero Huergo, Valle Medio, Allen, y toda la línea Sur. “Tenemos la suerte de tener profesionales especializados tanto en adultos como en niños”, afirmó Kasinsky.
Después de un año y medio por la pandemia, los referentes del Área Programa destacaron el trabajo de los kinesiólogos. “Nos queda claro que a partir de la pandemia se empezó a conocer más el servicio de rehabilitación”, expresó Nora . Al mismo tiempo, añadió que “si bien en pandemia se trabajó con pacientes entubados, con asistencia respiratoria o en sala común; fue notable la importancia del kinesiólogo en su actividad”.
“Trabajamos pacientes en distintas especialidades: traumatológicos, neurológicos, con problemas cardiorespiratorios, amputados… La parte respiratoria -con distintas patologías- y las secuelas post Covid es un servicio que cumplen parte de los kinesiólogos en pacientes ambulatorios”, acotó Lucero, quien agregó que “desde el inicio de la pandemia estuvimos muy atentos con los cuidados correspondientes. Trabajamos con protocolo de burbuja, y aprendimos sobre la marcha. El recurso humano fue importante para el cuidado de todos, pudimos llevarlo adelante y cumplir con todas las tareas”.
Por otro lado, tanto la ONG como el Área Programa Adanil, se desentendieron de la atención que se brinda en el edificio con la entrega de los certificados por discapacidad, que desde hace años le prestan oficinas a Desarrollo Social dentro del radio de la institución y no corresponde a ellos.
¿En qué consiste la obra soñada?
El proyecto de obra fue realizado por la Arquitecta Roxana Carbajal, hija de una integrante de la comisión fallecida en abril de este año; y el Arquitecto Jorge Braccio. La edificación se realiza en uno de los laterales del terreno, donde funciona la asociación que después del período de aislamiento consiguió retomar las tareas programadas para dicho proyecto.
“Para concluir este sueño, la asociación utilizó los ahorros recaudados y administrados durante los últimos 20 años”, aclaró Marcia Guevara. Estos provienen de varios acontecimientos realizados a través del tiempo, como la bicicleteada organizada por el Club de Leones en noviembre del 2017, el K21 organizado por Alpha Deportes en Paso Córdoba (en septiembre del 2018)… A eso se sumó también la colaboración de toda la comunidad, con el aporte de ingresos propios; y una destacada e importante suma donada por una empresa petrolera de Allen.
La contadora también hizo mención al aporte de Provincia por el uso de las instalaciones. “El alquiler estatal del edificio e implementos de última generación están pagados por la Provincia, con la suma de $82.000 mensuales, más los sueldos de los empleados, profesionales, administración y maestranza”, indicó.
Esta nueva ampliación contará con un salón de usos múltiples, grupo de sanitarios, cocina, oficina administrativa y recepción; además de sumar 289 metros cuadrados cubiertos y 14 metros semi cubiertos, que permitirán una mejor conexión con el sector de boxes de atención a pacientes. Tendrá artefactos sanitarios clásicos -de la línea Férrum y grifería FV-, y en el sector de la cocina se sumará una cocina industrial de acero inoxidable de seis hornallas, más el horno y campana de extracción de 90 centímetros, con una gran mesada de granito y una pileta con dos bachas.
El diseño de las aberturas será de línea moderna en blanco, y pisos tipo cerro negro en contraste. Habrá cielorrasos de Durlock y terminación de yeso aplicado en el hall de ingreso, con una rampa. Los ambientes serán climatizados, con aires acondicionados tipo Split y calefacción a gas. El plazo de ejecución de la obra será de aproximadamente 170 días, con un costo al valor mensual.
Sin discusión alguna, la ONG hizo huella en su trayectoria a través de los años. En Adanil se pueden alquilar desde camas ortopédicas, muletas, bastones, sillas de ruedas y trípodes; hasta elementos funcionales para realizar tratamientos. Además, cuentan con la realización de talleres para adolescentes y jóvenes con un profesor de Medios Audiovisuales y un profesor del IUPA, el grupo de Parkinson, el taller de pre-parto (coordinado con área de Salud) y el grupo de fisura labio alveolo palatina -FLPA. Y estas son solo algunas de las actividades que garantiza la institución a sus pacientes.
Vale recordar que el objetivo principal de la asociación fue organizar un centro de rehabilitación para pacientes afectados por lesiones neuro-musculares, que puedan ser asistidos en el medio donde desarrollaban normalmente sus actividades. Eso partía desde el tratamiento integral del niño, además de la contención, preparación y orientación para los padres. En aquellos inicios, Adanil contaba con la atención ad honorem del Doctor Pérez Astete y de la enfermera Josefina Montenegro, y también el aporte de la Clínica Modelo, que funcionaba en la conocida Clínica Roca.
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