ACV: Cada 30 minutos una persona muere o queda discapacitada por no recibir la atención adecuada

Cada 30 minutos un paciente con accidente cerebrovascular (ACV) muere o queda con una discapacidad permanente por haber recibido tratamiento en un hospital equivocado, por lo que es «fundamental» el rol de la ambulancia y la derivación a un centro adecuado, afirmaron neurólogos en un encuentro en Santiago de Chile.

«Se necesita un sistema que funcione para salvar vidas, y acceder a una buena atención prehospitalaria es clave para poner a funcionar ese sistema», destacó el especialista argentino en Medicina de Emergencias Adolfo Savia.

Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), 15 millones de personas sufren un ACV por año, de las que 5 millones mueren y otras 5 millones quedan con una discapacidad permanente. 

En cifras

1,9 millones
la cantidad de neuronas que mueren por minuto tras un ACV.
18.000
las muertes anuales que se registran en Argentina por ACV. Se estima que cada 4 minutos una persona lo padece.

Lo ocurrido en las últimas horas con figuras como Amelita Baltar y José Chamot, que sufrieron complicaciones neurológicas de este tipo, llevó a retomar el tema en la agenda mediática.

Durante una mesa redonda con reconocidos neurólogos realizada en el mes de marzo de este año, se explicó que la ambulancia es la que hace las primeras atenciones y elige el hospital donde derivará al paciente, que no siempre es el más cercano.

«Es muy importante entrar al sistema a través de la ambulancia, que tiene que elegir el centro de salud y avisar en cuánto tiempo llegará con el paciente para que puedan prepararse y esperarlo» …) es «fundamental no perder tiempo esperando el ascensor o llenando formularios»,

detalló Savia.

La Unidad de ACV del hospital Ramos Mejía fue la primera en funcionar en un centro de salud público argentino y también la primera en la ciudad de Buenos Aires, contó el neurólogo y jefe de esa unidad, Leonardo González.

«En 2015 empezamos a hacer tratamiento trombolítico -que consiste en descomponer coágulos sanguíneos usando medicamentos– regularmente, porque hasta ese momento lo hacíamos de manera irregular. A partir de allí fuimos mejorando mucho los tiempos. No debería pasar más de una hora desde que el paciente llega hasta que es tratado», afirmó González.

«Logramos esos tiempos gracias al entrenamiento. Hay que tener en cuenta que en un hospital público a veces se hace más difícil que en otros lugares, porque tenemos falencias que pueden tirar nuestro esfuerzo por la borda, como por ejemplo que no funcione un ascensor»

Leonardo González
Neurólogo y jefe de la Unidad de ACV del hospital Ramos Mejía

Por su parte el neurólogo vascular chileno Eloy Mansilla, jefe de la Unidad de Teleacv del Servicio de Salud Metropolitano Sur de ese país, explicó que existen dos tipos de ACV: isquémicos y hemorrágicos.

80%
de los ACV son isquémicos, es decir, que ocurren cuando un coágulo sanguíneo bloquea una arteria e impide el paso de la sangre.
20%
de los ACV son hemorrágicos, y se producen cuando una arteria del cerebro se rompe.

Agencia Télam.


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