Académicos y familiares homenajearon a Sabato

El hijo del escritor, Mario, recibió un premio en nombre de su padre por ser una figura “en la que confluyen el hombre de ciencia, el intelectual y el escritor comprometido”.

Ernesto Sabato fue homenajeado hoy en la Biblioteca Nacional por el Consorcio Interuniversitario Italiano para la Argentina (CUIA) y el hijo del escritor, Mario, recibió un premio en nombre de su padre por ser una figura “en la que confluyen el hombre de ciencia, el intelectual y el escritor comprometido”.

La Biblioteca Nacional fue el íntimo escenario para homenajear a uno de los escritores más importante de lengua hispana. Esta vez, los italianos, representados por CUIA -una organización que nuclea a 29 universidades italianas- destacaron la vida y la obra de Sabato y le entregaron una placa simbólica a su hijo.

Emocionado y de muy buen humor, Mario Sabato dijo a Télam que su padre “se opone tenazmente a dejar esta vida, así que el homenaje corresponde también a sus cien años que no son pocos”.

“Sus raíces calabresas siempre fueron muy reivindicadas por él, así que cobra un doble sentido que Italia rinda este tributo”, subrayó.

El premio lo entregó el director de CUIA, Raimondo Cagiano de Acevedo, quien expresó que la figura del escritor es “tan ilustre y tan clara sobre todo para los argentinos, pero también para los italianos”.

Desde Milán, el editor de Sabato en Italia, Sergio Einaudi, mandó un mensaje en el que recordó el trabajo conjunto: “Fueron ediciones espléndidas, no sólo literarias sino de fervor y compromiso, de ejemplo cívico, de austeridad y de testimonio de un

intelectual honrado y brillante en una época difícil”.

Tras la entrega, se proyectó un fragmento del documental “Ernesto Sabato, mi padre”, realizado íntegramente por Mario y cedido para que todas las universidades italianas puedan exhibirlo y “conocer su obra”, ponderó Cagiano de Acevedo.

El autor de “Sobre héroes y tumbas” no estuvo allí, pero su presencia se sintió, como un acto fortuito de la edición.

Sabato dijo desde la pantalla: “un escritor sueña por la comunidad. Desde la ficción los sueños deseados se vuelven terribles y se ejecutan en actos horripilantes, entonces la comunidad siente oscuramente que al honrar a estos sujetos (los escritores) está salvándose y pagando la cuota para no volverse locos con su

existencia”.

Y continúa, “Quien dice lo contrario es un mentiroso, una de las grandes ventajas de la literatura de ficción es que se dicen verdades, y esas verdades son sanitarias porque salvan a la comunidad entera de esos sueños infinitamente deseados”.

Como un agradecimiento, el autor de “El túnel” habló a través de los fotogramas de ese homenaje que concluyó su hijo en 1996. “El iba en busca de su pasado y yo lo acompañaba para fijar sus recuerdos antes que el tiempo los borrase”, dice Mario en voz en off.

Al finalizar la proyección, el hijo tomó el micrófono para relatar anécdotas menos conocidas de su padre. Su afición a la velocidad fue una. “El creía que haber nacido el mismo día y año que Juan Manuel Fangio lo convertía en un eximio al volante y cualquier indicación que pusiera en duda esta virtud, lo enfurecía”.

Justamente ese rasgo de crispación quedó filmado en el primer viaje familiar a Mar del Plata en auto, pero su hijo nunca recuperó ese documento para la película, “sospecho que lo borró porque supuso que podría ser usado en su contra”, bromeó.

“Mi padre tiene una mezcla disparatada de pensamiento racional con fantástico, uno de los puntos de partida de sus obras -apuntó-.

Eso diferencia a un científico que examina con racionalidad el mundo con su contexto y a un creador que lo transforma”. Con un dejo de gracia e ironía, Mario se despidió: “Muchas veces me preguntan si es difícil ser hijo de Ernesto Sabato y me di cuenta de la respuesta: es mucho más molesto ser padre de Mario. Entonces estamos equilibrados”.

Como cierre de la jornada, la escritora e investigadora del CONICET, María Rosa Lojo, presentó nuevamente el trabajo -publicado en 2008- de la edición crítica acerca de “Sobre héroes y tumbas”, con artículos de 18 especialistas nacionales e internacionales.

“Este libro de la Colección Archivos, es una especie de panteón literario -contó Lojo-. El trabajar sobre esta novela provocó la inquietud de Sabato, ya que la colección sólo edita a autores ya fallecidos. Pensó que si salía publicada tendría la misma suerte,

por eso se convirtió para él en `casi un arma mortal´”.

Irónicamente los vaivenes económicos nacionales e internacionales hicieron que la edición tardara diez años en ver la luz, y fue gracias a la Dirección de Asuntos Culturales de la Cancillería que prestó su apoyo.

Para la escritora esta “novela gótica de la historia nacional” es de un autor fundamental y polémico “porque despertó controversias

y ha revitalizado la cultura nacional”.

Este año continuarán los homenajes en el centenario de su nacimiento. En julio se llevará adelante el “Foro Sabato 2001” en el Paseo La Plaza, organizado por el Colegio de Traductores de la Ciudad de Buenos Aires, en el que participarán los escritores Pacho O`Donnell y Julia Constenla y los traductores: el sueco Peter

Landelius y el francés, Michel Bibard.

Télam.-


Ernesto Sabato fue homenajeado hoy en la Biblioteca Nacional por el Consorcio Interuniversitario Italiano para la Argentina (CUIA) y el hijo del escritor, Mario, recibió un premio en nombre de su padre por ser una figura “en la que confluyen el hombre de ciencia, el intelectual y el escritor comprometido”.

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