A 11 años de una construcción social y transversal
Por Adrián Urrutia
Hoy se cumplen 11 años desde que empezamos a escribir otra historia en nuestro país: la sanción de la Ley 26.618 de Matrimonio Igualitario en aquella fría madrugada de 2010, que nos permitió a las parejas del mismo género casarnos, conformar nuestras familias, adoptar hijos e hijas con iguales derechos y obligaciones que el conjunto de la ciudadanía.
Culminábamos una etapa de lucha y militancia cargada de dolores y esperanzas, que llevamos adelante desde las organizaciones sociales para conseguir la igualdad legal.
Este proceso histórico contó con la participación de medios, periodistas, de referentes sociales y dirigentes políticos fundamentales, que cumplieron un rol determinante para acompañar el camino que permitió esta sanción.
¿Hubiera sido igual el proceso sin el acompañamiento de algunos medios y la oposición a la sanción de la ley que plantearon abiertamente otros? Creo que no.
A la militancia organizada se sumaron ciudadanas y ciudadanos sin participación social, se fueron sumando lentamente -y nobleza obliga escribirlo- otros sectores sociales como ámbitos académicos, sindicatos, organismos de derechos humanos, organizaciones feministas, periodistas, artistas. Y lo comenzamos a palpar nítidamente con la celebración del primer matrimonio gay: Alex Freyre y José María Di Bello antes de la vigencia legal del matrimonio igualitario.
Sin lugar a dudas que esta construcción social y transversal nos hizo ser una sociedad mejor apesar de la oposición de sectores muy fuertes por aquel entonces, como las iglesias católicas y evangélicas, y de un sector de la sociedad con pautas culturales muy arraigadas; pero lo conseguimos, y desde entonces Argentina es un país de vanguardia.
Las organizaciones de lesbianas, gays, bisexuales y trans lo fuimos construyendo sobre la marcha. Los apoyos políticos también los militamos y obtuvimos desde la premisa de sumar, sumar y sumar: peronistas, socialistas, radicales, partidos provinciales, de izquierda. Nuestra incidencia en los medios y en la opinión pública fue creciendo.
En aquel logro histórico nadie puede desconocer el aporte fundamental que significó el apoyo de los ex presidentes Néstor y Cristina Kirchner.
Finalmente, aquella madrugada del 15 de julio de 2010 por 33 votos a favor y 27 en contra cientos de miles de argentinas y argentinos dejábamos de ser ciudadanos de segunda.
El matrimonio igualitario fue un proceso de crecimiento social, político, cultural; fuimos construyendo ciudadanía porque habíamos logrado instalar el debate en las casas, en el club, en las oficinas de trabajo, en el barrio, en las escuelas; en todos lados, no sólo en el Congreso de la Nación.
Hoy, en 2021, esa ley saldría aprobada por unanimidad, porque el paso del tiempo, entre otras cosas, fue nuestro mejor aliado: la sociedad en su conjunto comprobó que en 11 años de igualdad LGBT+ nadie perdió ningún derecho, a nadie se le perjudicó su vida, a nadie se le obligo a ser gay o lesbiana.
Entendemos que estas conquistas revolucionarias nunca las consigue un solo sector social. La abolición de la esclavitud, el voto de las mujeres, el divorcio vincular, la ley de identidad de género, el aborto, son conquistas que logramos a partir de construcciones sociales y transversales.
Aspiramos que en algún momento todos estos derechos queden incorporados a la Constitución Nacional. Hablamos de una reforma constitucional que garantice, de una vez y para siempre, la plena vigencia de nuestros derechos humanos.
* Director Provincial de Diversidad Gobierno de Neuquén. Militante de la Mesa por la Igualdad Neuquén
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