A 10 años, las muertes por Yectafer aún sin justicia

Los padres de Verónica Díaz, la viedmense que fue la primera de cinco víctimas fatales, luchan contra el desaliento. Oyarbide cerró la investigación pero no eleva el caso.

VIEDMA

VIEDMA (AV).- Hace más de un año que la causa está en condiciones de ser elevada a juicio pero siempre aparece un recurso para evitarlo. Ninguno de los 15 imputados quiere sentarse en el banquillo, mientras que los familiares de Verónica Díaz -la primera víctima fatal del Yectafer en el país- esperan “justicia” en Viedma desde hace ya 10 años.

El juez federal Norberto Oyarbide dio por concluida la investigación y para antes de la feria de julio pasado todo hacía pensar que se conocería la elevación a juicio. No fue así y ahora se le sumará la feria de verano.

Diez años es demasiado tiempo para que la Justicia sea real, reparadora y un espejo en el que muchos se miren y desistan de poner en riesgo la vida de las personas como si nada pasara. Pasa el tiempo y no sólo genera descreimiento en la gente sino que a algunos, sobre quienes debería recaer el peso de la ley se benefician. No llegar a juicio es gambetearle a la Justicia.

En la causa caratulada “Cernadas Pablo y otros sobre tráfico mercaderías peligrosas” fue investigada la muerte de cinco personas y lesiones en otras 33.

La muerte de Verónica el 23 de diciembre de 2004 tras recibir una inyección de Yectafer ante una aparente anemia comenzó a ser investigada en Viedma por la Justicia rionegrina hasta que en 2006 pasó a la órbita federal.

El juez Oyarbide hace dos años procesó a los 15 imputados por ser parte de “una banda responsable de la fabricación, distribución y comercialización del Yectafer adulterado”. Les imputó “asociación ilícita, envenenar, adulterar y falsificar de un modo peligroso para la salud medicinas, por poner en venta, distribuir con fines de comercialización -agravado por la muerte de cinco personas y lesiones en otras 33”. Y los responsabilizó de “adulteración y falsificación de documentos y vender una marca registrada falsificada, imitada”.

En base a la prueba el magistrado concluyó que el laboratorio clandestino donde elaboraban el Yectafer adulterado funcionaba en el domicilio de Cirullo, quien compraba los insumos y armaba los medicamentos. Estableció que los distribuían y comercializaban a través de Maidana, y el resto cumplía funciones en la cadena.

En su resolución destacó que Santiago Lucio Gavazza, con procesamiento confirmado en julio de 2013, vendió el Yectafer al hospital de Viedma desde la droguería en Bahía Blanca.

Están procesados Ángel Luis Cirullo como jefe de la asociación ilícita, y Carlos Guido Maidana en calidad de organizador. Como miembros de la banda Carlos Norberto Nagle, Noemí Estefanía Ferraro, Adrián Jorge Quintela, Diego Hernán Manzotti, Sandra Liliana Vitale, Miguel Ángel Cervera, Roberto Gegenschatz, Alberto Mario Alawie, Pablo Jorge Cernadas, Daniel Leonardo Rabinovich, Víctor Julián Scattolini, Estrella Mirta Assem y Santiago Lucio Gavazza.


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