Postulación y ambigüedad

El gobernador será candidato con “boleta corta”, con la estrategia del corte opcional en favor de cualquier candidato presidencial. En el Instituto Patria resolverán las listas del FpV-Frente Patriótico y Cambiemos debate alentar o evitar la injerencia de la Rosada.

Weretilneck será candidato a senador. Y lo será -exclusivamente- por Juntos. La decisión está encauzada.

“Si no voy, Cambiemos puede lograr un senador con un 18% o un 20%. Macri no supera esa intención de voto. ¿Por qué regalar esa banca?”, repite en círculos reducidos. La provincia renueva tres senadores: la mayoría obtiene dos y el otro corresponde a la primera minoría, sin piso.

A esa conclusión, los suyos abonan otras inferencias. El presidente fue electo en el 2015 aunque en Río Negro fue tercero, con el 22%. Cambiemos logró un diputado (Sergio Wisky), detrás de los blancos, con un 21%. Existió sí un componente singular en la provincia: la candidatura presidencial de Sergio Massa, segundo, sin lista de diputados.

Suma otro testimonio. En el 2017, Juntos consiguió casi un 18% con Fabián Gatti, en “un escenario adverso” (oposición a la central nuclear).

Reconoce el riesgo de la fuerte polarización. Para eso, Weretilneck expone y se multiplica en su ambigüedad ideológica. Esa labor evidencia, por sí misma, su postulación. Si no ¿por qué tanta ocupación? No habrá enganche con ningún tramo presidencial, pero existirán fotos con todos. Amagó con Miguel Pichetto en Alternativa Federal, se juntó con Roberto Lavagna y, al otro día, visitó al ministro Rogelio Frigerio en favor del Acuerdo Nacional. Llegará el retrato con Alberto Fernández después del contacto del jueves en Buenos Aires. Antes recuperó charlas con la senadora Silvina García Larraburu y el diputado Martín Doñate.

Repetidos rodeos de Weretilneck, ahora para empujar a su boleta corta. Pondrá a la militancia y la estrategia comunicacional para instaurar un corte opcional, repartiendo las principales opciones a presidente.

Otros factores peculiares lo empujan. Disponer de un emplazamiento institucional para el venidero poder, centrado en Arabela Carreras. “Se debe participar si se augura, con seriedad, avanzar con el partido”. Una segunda deserción derivaría en la pérdida de la personería de Juntos. Entonces, el movimiento habrá finiquitado antes de su arraigo.

El tramo de diputados ubicaría a Luis Di Giacomo o Fabián Zgaib. El vicegobernador Pedro Pesatti intuye un futuro incómodo en su despojada banca y por eso analiza otros rumbos, esencialmente una postulación al Municipio de Viedma mientras su círculo lo alienta a participar para la Cámara Baja.

Queda un trayecto de tres semanas. Los pergaminos y vínculos están echados. Los resultados municipales del 23 de junio llegarán tarde. Preferenciales o denostados candidatos del cierre de la noche del sábado, pueden transformarse, al otro día, en protagonistas derrotados o victoriosos en sus terruños.

El FpV-FP resolverá nombres en el Instituto Patria. El intendente Martín Soria y Doñate parecen señalados para liderar las franjas a diputados y al Senado. García Larraburu sería segunda para la Cámara Alta. La senadora Magdalena Odarda tendría un lugar para la Baja. La favorece el precepto de apertura. En Ferro, Máximo Kirchner rescató la inclusión de la rionegrina en la construcción de un “espacio plural”.

Cambiemos se enfila para repetir su traumático cierre provincial. La conducción de la UCR -su presidente, Darío Berardi, y la diputada Lorena Matzen- y parte del Pro -Juan Martín y Aníbal Tortoriello- tienen una coincidencia: blindar la negociación en Río Negro, es decir, apartar a la dirigencia nacional de las postulaciones. ¿Podrán lograrlo? Difícil.

Para seguir en el Congreso, Wisky -al regreso de EE. UU.- irá en sentido opuesto, conjuntamente con el ARI, socio minoritario. Dejan sus destinos en manos del jefe de Gabinete, Marco Peña, y la líder arista, Elisa Carrió. El radicalismo alista a Berardi y la barilochense Guillermina Alaniz y el ARI piensa en la legisladora Daniela Agostino y el exvicegobernador Bautista Mendioroz. El serrano Nelson Iribarren también se anota.

Recta final para un juego político, acostumbrado a las disonancias entre el pragmatismo y la ideología.